Es entonces cuando “por fe andamos, no por vista”
(2 Corintios 5:7).
A lo largo de todas las escrituras, se nos insta a caminar en la fe, a creer en Dios, teniendo cuidado de discernir lo que nos rodea. Sin embargo, muchas veces nos “engañamos” a través de lo que visualizan nuestros ojos...
Hay un dicho común que dice; "No es oro todo lo que reluce”. Y por supuesto la misma Biblia nos advirte que; Satanás se viste como ángel de luz (2 Corintios 11:14); Eva fue tentada a través de sus ojos "y vio que era agradable" (2 Corintios 11:3); El rey David "vio" a Betsabe por la ventana (2 Samuel 11:2); Pedro "al mirar las fuertes olas", cayó... (Mateo 14:31) etc., etc…
Comprobamos así que las más grandes caídas comienzan a través de lo que perciben “nuestros ojos”... Y es que Hasta el mismo Jesucristo sufrió el ataque por parte del adversario de la misma manera…, pero falló (Lucas 4:6).
Nuestras decisiones, no pueden estar influenciadas por lo que “entra” por nuestros ojos... Pero, ¿Cuántas veces nos dejamos llevar por ellos, y seguir lo que es atractivo a los mismos...?
La luz entró en batalla con las tinieblas y sus agentes, y brilló en medio de ella, y aunque las tinieblas quisieron esconderla, apagarla, callarla, mancharla, no la vencieron. La luz venció las tinieblas del pecado; la verdad a las tinieblas de la mentira y del error...
“Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas”. (Jn 12, 46).
Caminar en la luz es estar en comunión con la luz... Y esta comunión tiene varios frutos: liberación, purificación del pecado y comunión con los hermanos.
En el evangelio de San Juan constantemente se presenta la relación con los demás, como manifestación no sólo de la presencia de la luz en nosotros, sino incluso como "examen riguroso" de nuestra relación con el Señor. “El que dice amo a Dios y aborrece a su hermano, es un mentiroso.” (1 Jn 4) Estas incoherencias de vida, San Juan las llama “mentiras” y toda mentira tiene como raíz el mal, el padre de la oscuridad y la mentira...
El cristiano si decide seguir a Jesús sin condiciones, debe ser con mucha coherencia y con -una gran dosis de- confianza plena en Él… Así lo hizo Moisés (Hebreos 11:24-27). No podemos tomar decisiones que son contrarias a lo que proclamamos. Eso es contrario a la fe "Es pues, la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (Hebreos 11:1).
“No con esto queremos que desconfíes exageradamente de todas las cosas de la vida, sin embargo, los deseos de los ojos (2 Juan 1:16) son del mundo”.
Este fragmento de la película "A primera vista" nos ayudará en esta reflexión.
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