Reflexiones

Lectio: 17 Domingo del tiempo Ordinario

Comer y compartir el pan de la vida
Juan 6, 1-15

1. Invocación al Espíritu Santo
Padre nuestro que estás en los cielos
y nos has entregado a tu Hijo predilecto,
envíanos tu Espíritu,
para que podamos comer y gustar lo que nos das.
Danos hoy el pan cotidiano del cuerpo y del espíritu
y haz que susciten en nosotros el hambre y la sed
de Ti, de tu palabra y de tu banquete,
en el que nos saciarás de tu presencia,
de tu amor y de tu shalom (paz),
en la alegría de los hermanos que nos das hoy,
para que compartamos con ellos el pan material y espiritual.

Amen.

2. Lectura Del texto:
Juan 6, 1-151 Después de esto, se fue Jesús a la otra ribera del mar de Galilea, el de Tiberíades, 2 y mucha gente le seguía porque veían las señales que realizaba en los enfermos. 3 Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos. 4 Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos. 5 Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe: "¿Donde vamos a comprar panes para que coman éstos?" 6 Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer. 7 Felipe le contestó: "Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco." 8 Le dice uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: 9 "Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?" 10 Dijo Jesús: "Haced que se recueste la gente." Había en el lugar mucha hierba. Se recostaron, pues, los hombres en número de unos 5.000. 11 Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron. 12 Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: "Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda." 13 Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. 14 Al ver la gente la señal que había realizado, decía: "Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo." 15 Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo.

c) Subdivisión del texto para comprenderlo mejor:

vv. 1-4: introducción temporal, geográfica y litúrgica
vv. 5-10: diálogo preparatorio entre Jesús y sus discípulos
vv. 11-13: el alimento "multiplicado" es sobreabundante
vv. 14-15: reacciones de Jesús y de la gente.

3. Un espacio de silencio (Contexto)
Para dejar que la Palabra de Dios impregne el corazón y la mente.

* Estamos en primavera, la Pascua está próxima. El aire es fresco todavía y esto hace más fácil seguir y escuchar al ahora ya famoso, aunque discutido, rabí de Nazaret.


* Mientras leo y vuelvo a leer, también yo lo siento hablar haciendo una vez más discursos "extraños": ¿cómo es posible dar de comer a esta muchedumbre inmensa que lo rodea por todas partes?

* Pocos panes, poquísimos peces...no tenemos miedo de perderlos mientras tratamos de dividirlos. ¡Se multiplican a medida que los distribuimos!

* Al final, lo recogemos todo: un gran trabajo, pero el pan en todas partes, en todo lugar, en cualquier tiempo, es un don precioso, sobre todo este pan.

* Vuelvo a emprender la camino con Él, sin pararme, con el corazón más ligero y feliz por las grandes cosas que he visto hoy, pero también con algunas preguntas de más. Continúo mirando y escuchándolo, para dejarme sorprender por sus gestos, las expresiones de su rostro y de su voz, por sus palabras.


4. La Palabra que se nos da
 
* El "libro de los signos" del cuarto evangelio: este pasaje está colocado en la parte del evangelio llamada "libro de los signos" (desde 1,19 hasta 12,50), en los cuales se describen y se comentan los siete grandes "signos" de auto revelación realizados por Jesús en este evangelio. Los sermones y los signos están estrechamente relacionados: los "signos" se explican con sermones teológicos y en los "signos" se presentan plásticamente los contenidos del sermón, en una progresiva profundización de la revelación divina y en la consiguiente creciente hostilidad hacia Jesús.
* Jesús fue a la otra orilla del mar de Galilea, es decir, de Tiberiades: el lago se identifica con una doble denominación; la primera es la tradicional, la segunda la adopta solamente Juan en el Nuevo Testamento (también en 21,1), quizás porque ha sido resaltada en la vida de Jesús y, por lo tanto, se ha hecho común este nombre en el período sucesivo después de su muerte, sobre todo en el mundo helenístico.

* Mucha gente le seguía porque veían las señales que realizaba en los enfermos: anteriormente (2,23-25) encontramos una situación semejante, en la cual muchos creyeron en Jesús porque habían visto los "signos" que realizaba. En ambas ocasiones, Jesús muestra desaprobar tales motivaciones (2,24-25;6,5.26).




* Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos: No es posible situar este monte.
Jesús que, como Moisés, se sienta rodeado de sus discípulos, es un tema que también aparece en los otros evangelios (cfr. Mc 4,1; Mt 5,1;Lc 4,20). El gesto de sentarse para enseñar era propio de los rabinos, pero Juan, al contrario que Marcos 6,34, no señala que Jesús haya enseñado en esta circunstancia.

Algunos gestos de Jesús (por ejemplo partir y distribuir el pan), como otros temas teológicos que tocará en el sermón siguiente, son referencias concretas al seder pascual y a las lecturas litúrgicas de la sinagoga en dicha fiesta.
La Pascua es, pues, una fiesta de primavera y, de hecho, Juan señala que había mucha hierba en aquel lugar (6,10; cfr. Mt 14,19 y Mc 6,39).

* Jesús vio que venía hacia él mucha gente: Al principio de la narración parece ser que la gente le seguía ya de antemano, mientras que Juan dice que la muchedumbre venía hacia él. Tal vez aquí hay uno de los temas teológico preferido por Juan y muy subrayado en este capítulo: el venir hacia Jesús, expresión correspondiente a la adhesión total de la fe (3,21; 5, 40; 6, 35.37.45; 7,37 y otros).
* "¿Dónde vamos a comprar panes para que coman estos?": La pregunta a Felipe se justifica, tal vez, por el hecho de que provenía de aquella zona geográfica.
Si interpretamos esta pregunta a la luz de otras semejantes en el evangelio (1,48; 2,9;4,11;7,27-28; 8,14;9,29-30;19,9), descubrimos el valor cristológico: preguntar de dónde proviene el don, es preguntar también por quien es el donante que, en este caso, es Jesús; por tanto la pregunta se dirige al origen divino de Jesús.

* Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer: El "poner a prueba" la reacción del discípulo, se expresa con un verbo (peirazein) que tiene normalmente un significado negativo, de tentación, verificación o engaño. Esta frase se pone para hacer resaltar la duda que la pregunta precedente de Jesús ha suscitado, como una expresión de ignorancia.

* "Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco": La cifra corresponde a al salario de doscientos días de trabajo de un obrero (cfr. Mt 20,13; 22,2).

Marcos (6,37) se expresa de manera, que hace pensar que una cantidad tal sea suficiente para cubrir la necesidad, pero Juan lo que quiere subrayar es la grandiosidad de la obra divina y la desproporción de los recursos humanos. A esto responde la pregunta inmediata de Andrés: "Pero ¿qué es esto para tantos?"

* "Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces": El muchacho, a juzgar por las palabras, doblemente diminutivas usadas en el texto griego (paidarion) es justo un "muchachito": una persona sin ninguna importancia social. El mismo término se usa en 2 Re (4,12.14.25; 5,20) para el siervo de Eliseo, Giezi.

El pan de cebada, al contrario del de trigo, era un alimento barato usado por los pobres. Parece ser (cfr. Lc 11,5) que el alimento normal para una persona eran tres panes.
Los peces-secos (opsarion, nuevamente doble diminutivo) era el alimento que se consumía normalmente con el pan.
* "Haced que se recueste la gente...eran unos cinco mil hombres": En realidad, según el uso de la época, Jesús los "hace recostar" o "tumbarse": la comida se debía tomar cómodamente, igual que en el ritual de la Pascua y como era obligación en los banquetes.
Todas las narraciones evangélicas señalan el número de hombres.

* Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió...y lo mismo los peces: Estas palabras de Jesús están muy cercanas a las del rito eucarístico, aún cuando no se puede decir que el uno provenga del otro.

"Dio gracias" se traduce aquí por eucharistein, que se usaba de modo distinto a eulogein, bendecir, que es el verbo utilizado por los evangelios sinópticos en este pasaje; el primero era común en el ambiente griego, el segundo proviene del ambiente hebraico. Si consideramos el lenguaje usado en la época en la que fueron escritos los evangelios, podemos decir que entre las dos expresiones no hay mucha diferencia de contenido, aún cuando la referencia a la eucaristía de Juan sea mucho más directa para nosotros, acostumbrados al lenguaje litúrgico eucarístico cristiano. Tanto es verdad, que el cuarto evangelista utiliza el mismo verbo en 11,41, donde no encontramos ninguna referencia al sacramento.


Igual que el presidente de la mesa de Pascua, Jesús mismo parte el pan y lo distribuye directamente a la gente. De igual modo hará en la última Cena. Probablemente, sin embargo, los hechos han sucedido como narran los evangelios sinópticos: Jesús dio el pan ya partido para que lo distribuyeran los apóstoles, la muchedumbre era demasiado grande para que él solo lo pudiera hacer. Juan quiere llamar la atención de sus lectores sobre la persona de Jesús, único y verdadero dador del "pan del cielo".


Observemos bien cómo se realizaron los hechos: la multiplicación sucede después de la división del pan y la división ocurre después que un "pequeño" pone a disposición de todos sus irrisorios recursos. Aquellos pobres y pequeños panes, ¡se multiplican a medida que se dividen! Jesús multiplica lo que nosotros aceptamos, un poco ciegamente, para compartir con El y con los otros.
* Todo lo que quisieron...y se saciaron: Es la abundancia prometida por los profetas en el tiempo de la shalom y para el alegre banquete escatológico (cfr., por ej. Is 25, 6; 30,23; 49, 9;56, 7-9; Os 11,4; Sal. 37, 19; 81,17; 132, 15).
Por tanto, la muchedumbre no se equivoca cuando dice que Jesús "es el verdadero profeta que tenía que venir a este mundo": profeta que realiza la promesa divina de enviar un profeta "igual a Moisés" (Dt 18,15-18) y que inaugura los tiempos mesiánicos con un banquete abundante como habían prometido los profetas antiguos.

* "Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda": Entran en escena los apóstoles que tratan de no perder ningún trozo de este pan precioso. Este pan, sin embargo, es un "pan que perece" y no que no se puede comparar con el verdadero "pan del cielo" (cfr. 6, 24). El mandato de recoger (synagein) lo que sobra, hace referencia a lo que estaba prescrito sobre el maná (cfr. Ex 16,15 ss).
* "Llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes que sobraron": No se puede establecer con certeza si el números de canastos hace referencia al número de los discípulos. La frase quiere hacer subrayar la gran abundancia que vino de los panes bendecidos por Jesús.
Juan parece que no le da importancia a los dos peces que habían sido ofrecidos con los panes, tal vez porque el sermón que sigue está todo centrado en el pan.

* "Al ver la gente la señal": La motivación que Juan ofrece a continuación del milagro, no es la compasión por la gente; esto lo habrían entendido así los discípulos que, según Marcos (/ 6,52 y 8, 14-21), no entendieron el significado del milagro. El cuarto evangelio pone de relieve el significado del "signo" del milagro.

* "Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerlo rey, huyó de nuevo al monte él solo": Contrariamente a los otros evangelistas, Juan narra la rápida desaparición de Jesús después del milagro; quería evitar que su papel como Mesías fuera "manipulado" por manifestaciones políticas por parte de la gente. Jesús confirma de nuevo su elección (cfr. Mt 4,1-10), la que realizará hasta el final, delante de Pilato (19, 33-37).

5. Algunas preguntas

para orientar la reflexión y la actuación.


a) El pan se multiplica porque alguien "muy pequeño" renuncia a conservar para sí sus propias seguridades (aún cuando son pequeñísimas, como las "cebollas de Egipto") arriesgando el hacer el ridículo o fracasar. El "muchachito" de la narración evangélica se fía de Jesús, aún cuando él no había prometido nada.


Yo, nosotros, ¿haremos lo mismo?




b) El muchacho es una persona insignificante, los panes son pocos y los peces menos. Pasando por las manos de Jesús todo se convierte en grande y bello. Hay una desproporción entre lo que somos y lo que Dios nos hace llegar a ser, si nos ponemos en sus manos. "Nada es imposible para Dios": ni convertir los corazones más duros, ni cambiar el mal en instrumento de bien...Dios colma toda desproporción entre él y nosotros.


 ¿Creo, incluso, cuando todo parece que está en contra?



c) El pan material que nos es dado por Dios nos recuerda lo que debemos compartir con tantos hombres y mujeres que sobre la tierra están faltos de recursos y que luchan desesperadamente por un trozo de pan. Cuando rezamos "danos hoy nuestro pan cotidiano",


¿dirigimos acaso un pensamiento a aquellos a quienes les falta este pan y tratamos de ir a su encuentro?



d) El hambre física y el pan material nos recuerdan también el "hambre de Dios" y el banquete escatológico. Son realidades que muy a menudo alejamos de nuestro pensamiento y que consideramos como lejos de nosotros. Sin embargo, el tenerlas presentes, nos ayudaría a relativizar tantos problemas que nos parecen más grande que nosotros y a vivir más serenamente preocupándonos solamente de aquello que es esencial. Cuando durante la celebración eucarística aclamamos "...¡Ven Señor Jesús!",


¿estamos realmente a la espera de la vuelta gloriosa de Aquel que nos ama y que desde ahora lo prevé todo para nosotros?

 
 
 
6. Oremos (Sal 147: 1-11)
Alabando a Dios con un himno de sabor pascual a Aquel que proporciona el alimento y todo tipo de subsistencia a los "pequeños" de su pueblo y a todo ser viviente.
Alabad a Yahveh,
que es bueno salmodiar, a nuestro Dios,
que es dulce la alabanza.
Edifica Yahveh a Jerusalén,
congrega a los deportados de Israel;
él sana a los de roto corazón,
y venda sus heridas.
El cuenta el número de estrellas,
y llama a cada una por su nombre;
grande es nuestro Señor,
y de gran fuerza,
no tiene medida su saber.
Yahveh sostiene a los humildes,
hasta la tierra abate a los impíos.
Cantad a Yahveh en acción de gracias,
salmodiad a la cítara para nuestro Dios:
El que cubre de nubes los cielos,
el que lluvia a la tierra prepara,
el que hace germinar en los montes la hierba,
y las plantas para usos del hombre,
el que dispensa al ganado su sustento,
a las crías del cuervo cuando chillan.
No le agrada el brío del caballo,
ni se complace en los músculos del hombre.
Se complace Yahveh en los que le temen,
en los que esperan en su amor.


7. Oración final

La Iglesia desde sus primeros pasos celebró la Eucaristía como la cena Pascual del Señor reflejada en la multiplicación de los panes. Nuestra oración de hoy recoge la herencia de los cristianos de los primeros siglos:
"Te damos gracias, Padre nuestro, por la vida y el conocimiento
que nos manifestaste por medio de tu siervo Jesús.
A ti sea la gloria por los siglos de los siglos.
Como este pan estaba disperso por los montes y después, al ser reunido, se hizo uno,
así sea reunida tu Iglesia de los confines de la tierra en tu reino.
Porque tuya es la gloria y el poder por Jesucristo eternamente.
Te damos gracias, Padre santo,
por tu santo nombre, que hiciste morar en nuestros corazones,
y por el conocimiento y la fe y la inmortalidad que nos diste a conocer por medio de Jesús, tu siervo.
A ti sea la gloria por los siglos.
Tú, Señor omnipotente, creaste todas las cosas por causa de tu nombre,
y diste a los hombres la comida y bebida para que disfrutaran de ellas.
Pero, además, nos has proporcionado una comida y bebida espiritual
y una vida eterna por medio de tu Siervo.
Ante todo, te damos gracias porque eres poderoso.
A ti sea la gloria por los siglos.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia,
Para librarla de todo mal y hacerla perfecta en tu amor,
y congrégala de los cuatro vientos, ya santificada,
en el reino que has preparado para ella.
Porque tuyo es el poder y la gloria por siempre.
Que venga tu gracia y que pase este mundo.
¡Hosanna al Hijo de David!

 

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16ºDomingo del Tiempo Ordinario



Jesús tiene compasión de la genteEl banquete de la vida – Jesús invita a compartirMarcos 6,30-34
1. Oración inicial

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu.
 Amén.

2. Lectura
a) Clave de lectura:
El texto que meditaremos en este 16º Domingo del Tiempo Ordinario es breve. Sólo cinco versículos. A primera vista, estas pocas líneas parecen ser una breve introducción al milagro de la multiplicación de los panes en el desierto. (Mc 6,34-44). Pero si la Liturgia de este domingo ha separado del resto y subrayado estos cinco versículos, quiere decir que recogen algo muy importante que quizás no se notaría si sirviesen sólo para introducir el milagro de la multiplicación de los panes.
En efecto, estos cinco versículos revelan una característica de Jesús que siempre ha llamado la atención y sigue llamando: su preocupación por la salud y formación de los discípulos, su humanidad acogedora hacia la gente pobre de Galilea, su ternura hacia las personas. Si la Iglesia, por medio de la liturgia del domingo, nos invita a reflexionar sobre estos aspectos de las actividades de Jesús es para animarnos a prolongar esta misma conducta de Jesús en nuestra relación con los otros. Durante su lectura prestaremos atención a los mínimos detalles del comportamiento de Jesús hacia los otros.


b) Una división del texto para ayudarnos en su lectura:
Marcos 6,30: Revisión de la obra apostólica
Marcos 6,31-32: Preocupación de Jesús por el descanso de los discípulos
Marcos 6,33: La gente tiene otros criterios y sigue a Jesús
Marcos 6,34: Movido a compasión, Jesús cambia su plan y acoge a la gente


c) El texto:
Marcos 6,30-3430 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. 31 Él, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.» Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. 32 Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. 33 Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. 34 Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.


3. Un momento de silencio orante

para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.
4. Algunas preguntas 
para ayudarnos en la meditación y en la oración.
a) ¿Cuál es el aspecto del comportamiento de Jesús que más te ha gustado y que ha despertado la admiración de la gente en tiempos de Jesús?
b) La preocupación de Jesús por los discípulos y la preocupación por acoger bien a la gente: las dos son importantes. ¿Cuál de las dos prevalece en el comportamiento de Jesús?
c) Compara el comportamiento de Jesús con el comportamiento del Buen Pastor del Salmo 23. ¿Qué es lo que más asombra?
d) El comportamiento de nuestra comunidad ¿es el mismo que el de Jesús?
5. Para aquéllos que quisieran profundizar más en el tema
a) El contexto que ilumina el texto:
Estos cinco versículos ponen de relieve dos cosas:
- ofrecen un retrato de Jesús formador de los discípulos;
- indican que anunciar la Buena Nueva de Jesús no es sólo una cuestión de doctrina, sino sobre todo de acogida, de bondad, de ternura, de disponibilidad, de revelación del amor de Dios.
b) Comentario del texto:
Marcos 6,30-34: La cogida dada a los discípulosEstos versículos indican que Jesús formaba nuevos leaders . Comprometía a los discípulos en la misión y solía de pronto llevarlos a un lugar más tranquilo para poder descansar y hacer una revisión (cf Lc 10,17-20). Se preocupaba de su alimentación y de su descanso, porque el trabajo de la misión era tal, que no tenían tiempo para comer cf (Jn 21,9-13)
Marcos 6,33-34: Movido a compasión, Jesús cambia su plan y acoge a la genteLa gente se dio cuenta que Jesús se ha ido a la otra orilla del lago y lo siguió. Cuando Jesús, descendiendo de la barca, vio aquella muchedumbre, renunció al descanso y comenzó a enseñar. Aquí aparece el abandono de la gente. Jesús queda conmovido, “porque eran como ovejas sin pastor”. Quien lea estas palabras recordará el salmo del Buen Pastor (Sl 23). Cuando Jesús cae en la cuenta de que la gente no tiene pastor, comienza Él a serlo. Guía a la multitud en el desierto de la vida, y la muchedumbre podía cantar así: “¡El Señor es mi Pastor! ¡Nada me falta!”
● Un retrato de Jesús, formador
“Seguir” era el término que formaba parte del sistema educativo de la época. Se usaba para indicar la relación entre el discípulo y el maestro. La relación maestro-discípulo es diferente de la de profesor-alumno. Los alumnos asisten a las clases del profesor sobre una determinada materia. Los discípulos “siguen” al maestro y viven con él. Y es precisamente en esta “convivencia” de tres años con Jesús en la que los discípulos recibieron su formación.
He aquí un retrato de Jesús formador. La formación del “seguimiento de Jesús” no era en primer lugar la transmisión de verdades para aprenderlas de memoria, sino una comunicación de la nueva experiencia de Dios y de la vida que irradiaba de Jesús a los discípulos. La comunidad que se formaba alrededor de Jesús era la expresión de esta nueva experiencia. La formación llevaba a las personas a tener otros ojos, otras formas de conducirse. Hacía nacer en ellos un nuevo conocimiento en cuanto a la misión y de ellos mismos. Obraba de modo que se pusieran al lado de los marginados. Producía, en algunos, la “conversión” por haber aceptado la Buena Nueva (Mc 1,15).
● Cómo Jesús anuncia la Buena Nueva a la muchedumbre
El hecho de que Juan estuviera preso obliga a Jesús a regresar y comenzar el anuncio de la Buena Nueva. ¡Fue un comienzo explosivo y creativo! Jesús recorre toda la Galilea: aldeas, pueblos, ciudades (Mc 1,39). Visita las comunidades. Incluso cambia de residencia y va a vivir a Cafarnaún (Mc 1,21; 2,1), ciudad que está en la encrucijada de varios caminos, y esto le facilitaba la divulgación del mensaje. Casi nunca se para, está siempre en camino. Los discípulos van con Él, por dondequiera que vaya. En las praderas, a lo largo de los caminos, en la montaña, en el desierto, en barca, en la sinagoga, en las casas. ¡Con mucho entusiasmo!
Jesús ayuda a la gente sirviendo de muchas maneras: arroja los espíritus inmundos (Mc 1,39), cura los enfermos y los que son maltratados (Mc 11,34), purifica a los marginados a causa de la impureza (Mc 1,40-45), acoge a los marginados y confraterniza con ellos (Mc 2,15). Anuncia, llama y convoca. Atrae, consuela ayuda. Es una pasión que se revela. Pasión por el Padre y por la gente pobre y abandonada de su tierra. Allí donde encuentra gente que lo escucha, habla y transmite la Buena Noticia. En cualquier lugar que sea.
¡En Jesús, todo es revelación que le sale desde dentro! Él mismo es la prueba, el testigo viviente del Reino. En Él aparece lo que sucederá cuando una persona deja reinar a Dios, deja que Dios guíe su vida. En su manera de vivir y obrar junto a los otros, Jesús revela lo que Dios tenía en mente, cuando llamaba en el tiempo a Abrahán y a Moisés. ¡Jesús transformó la nostalgia en esperanza! De pronto la gente entendió: “¡Esto era lo que Dios quería para su pueblo!”
Y este fue el comienzo del anuncio de la Buena Nueva del Reino que se divulgaba rápidamente en las aldeas de Galilea. De forma pequeña como una semilla que después crece llegando a convertirse en un gran árbol, donde la gente podía reponerse (Mc 4,31-32). Y la gente se encargaba de difundir la noticia.
6. Orar con el Salmo 23 (22) 
Yahvé es mi pastor
Yahvé es mi pastor, nada me falta.
En verdes pastos me hace reposar.
Me conduce a fuentes tranquilas,
allí reparo mis fuerzas.
Me guía por cañadas seguras
haciendo honor a su nombre.
Aunque fuese por valle tenebroso,
ningún mal temería,
pues tú vienes conmigo;
tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas ante mí una mesa,
a la vista de mis enemigos;
perfumas mi cabeza,
mi copa rebosa.
Bondad y amor me acompañarán
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa de Yahvé
un sinfín de días.
7. Oración final 
Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos.

Amén.

 
"34 Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas..."

Escuchamos esta semana "Ten Misericordia" de Evelyn Lucia



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15ºDomingo del Tiempo Ordinario



Marcos 6, 7-13
1. Oración inicial

Concédenos, oh Padre, reconocer en tu Hijo tu rostro de amor, la Palabra de salvación y de misericordia, para que podamos seguirlo con un corazón generoso y lo anunciemos de palabra y obra a los hermanos y hermanas que esperan el Reino y su justicia. Cólmanos de tu Espíritu para que nuestra escucha sea atenta y nuestro testimonio sea auténtico y libre, incluso en los momentos de dificultad y de incomprensión. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
2. Lectura

a) El contexto:

Después de la llamada (en el texto "institución") de los doce (Mc 3, 13-19) Jesús enseña y hace curaciones, como si les estuviera dando clases. Ahora llega la hora de su primer ejercicio público: deben hacer una primera experiencia de anuncio. Van de dos en dos entre las gentes, con una misión que, en Marcos aparece bastante reducida: un anuncio genérico de conversión y varios tipos de prodigios contra el mal. Jesús no se deja intimidar por el rechazo violento de los suyos en Nazaret, narrado por Marcos a continuación: Mc 6,1-6. No renuncia a su misión, porque no son nuestros modos obtusos los que pueden bloquearla.

Los otros dos Sinópticos (Mt 10, 1-42; Lc 9, 1-10) narran con mayor precisión la misión y los desafíos que encontrarán. De todos modos, es importante ver que la misión nace por un mandato de Jesús y después de haber aprendido de Él el modo cómo han de realizarla y los temas. El número "doce" - tan citado en referencia a la fundación de la primera comunidad y en los esplendores del Apocalipsis - significa la continuidad, pero también la superación de la economía salvífica precedente. El envío de "dos en dos", según la mentalidad judaica, es porque ésta solamente admite el testimonio dado por una "comunidad" (por lo menos mínima) y no de uno solo.
Marcos 6, 7-13b) El texto:


Y recorría los pueblos del contorno enseñando. 7 Y llama a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. 8 Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja; 9 sino: "Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas." 10 Y les dijo: "Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí. 11 Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos."
12 Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; 13 expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
3. Un momento de silencio orante
para releer el texto con el corazón y reconocer a través de las frases y de la estructura la presencia del misterio del Dios viviente.
4. Algunas preguntas 

para recoger del texto los núcleos importantes y comenzar a asimilarlos.
a) ¿Por qué es tan importante en Marcos la expulsión de los demonios inmundos?
b) ¿Qué sentido tiene la insistencia que se pone en la pobreza de medios?
c) ¿Cuál es el contenido de esta primera predicación?
d) Junto con la pobreza, Jesús invita a tener coraje y libertad: ¿por qué los pone juntos?
e) ¿Por qué la predicación es itinerante y no estable?
f) ¿ En qué otras cosas se explican mejor los otros Sinópticos?
5. Algunos profundizaciones en la lectura

"Comenzó a enviarlos de dos en dos"

La misión de los discípulos no viene por entusiasmo personal o por una manía de grandeza: comienza cuando Jesús cree que están preparados para hablar, de acuerdo con lo que han escuchado y asimilado. Según Marcos, hasta este momento solamente han visto algunos milagros, han escuchado algunas enseñanzas, entre las más importantes el tema de la semilla que crece de varias formas y han asistido a alguna polémica sobre Jesús y los jefes.
Su práctica al curar, su llamada a la conversión, su disponibilidad a moverse en medio de la gente, su predicación itinerante, estos son los puntos a los que han de hacer referencia. No están todavía maduros del todo, pero el ejercicio los ayudará a madurar. Bajo la supervisión de Jesús, pueden aprender y mejorar: encontrarán las palabras justas, los gestos adecuados. Experimentarán el entusiasmo de un éxito estrepitoso, pero luego, al final, deberán superar también el centrarse en los milagros para anunciar la muerte y resurrección del Salvador.
"Les dio potestad sobre los espíritus inmundos..."


Se trata de la "exousia" que también Jesús ejercía: se les capacita y se les autoriza para usar el mismo poder. Parece ser que para Marcos éste sea el ejercicio principal en este momento; por lo demás él mismo se concentra sobre este aspecto del Jesús "taumaturgo", que expulsa los espíritus malignos.
Debemos pensar que por "espíritus malignos" se entendían entonces muchas cosas a la vez: enfermedad psíquica, distintas formas de epilepsia, fuerzas malignas destructoras, poder esclavizante de las leyes, toda forma de dolencia psíquica, malformaciones físicas, etc.
El poder se ejercita pasando por entremedio de estos sufrimientos: aceptando el reto que hacen a la confianza en Dios, a la convivencia solidaria, a la dignidad de toda persona humana. No debemos identificar "inmundo" con impureza de tipo sexual o legal. Se trata de la "pureza" a la luz de Dios: que es amor, solidariedad, justicia, misericordia, colaboración, acogida...etc. Por eso los doce tendrán que llamar "a conversión" de estos prejuicios y de estas formas perversas e "inmundas" de vivir como hijos de Dios.


"Fuera del bastón, nada para el viaje…"


La misión debe ser itinerante, no sedentaria, es decir, deberá estimular a caminar de nuevo, a encontrase de nuevo, al despego de los resultados, a la libertad interior y exterior. De aquí la recomendación que todos los Sinópticos resaltan sobre la pobreza material en el vestir y en el comer, y sobre las seguridades y evidencias. Probablemente se trata de la brevedad de la experiencia: no debía durar mucho este primer ejercicio, y por lo tanto, deberían ir aligerados de todo, libres, insistir más sobre lo inmediato del anuncio, que sobre la consolidación de los resultados.
Sin embargo, cuando este texto fue escrito, la situación de la comunidad de los discípulos estaba mucho más desarrollada y consolidada. Por lo tanto, la memoria de estas recomendaciones, no servía solamente para recordar aquella primera experiencia alegre y aventurera. Servía también para confrontar el estilo original y la práctica de aquel momento, tan lejano ahora, del tiempo de Jesús. Es, por lo tanto, una llamada a un impulso misionero menos miedoso debido a la exigencias del confort y seguridad.
"Sacudiendo el polvo de la planta de los pies..."


Las recomendaciones del Señor ponen de relieve dos aspectos, aparentemente contrarios. Por un lado, deben ir con toda disponibilidad, a encontrar a la gente, sin preocupación de ganancias o supervivencia. Deben buscar al que está enfermo - por razones personales o sociales, por la opresión de la ley o por la maldad humana -y liberarlo, ungirlo con aceite, sanar las heridas y las plagas del corazón. Pero por otro lado, deben evitar aceptar cualquier tipo de hipocresía, de bondad sin responsabilidad.

Junto a la caridad y a la premura hacia los que sufren, deben tener el valor también de desenmascarar la hipocresía, de reaccionar ante la cerrazón, de aceptar los fracasos personales Deben irse, sin lamentaciones ni debilidad, del lugar donde no haya habido acogida, donde el rechazo o la hipocresía hagan estéril el anuncio y el testimonio. Una ruptura clara e inequívoca, que ni el mismo Jesús ha vivido mucho. El trató siempre de volver a dialogar, sufrió por la cerrazón de los fariseos y de los escribas, hizo frente a sus tenaces e insidiosas barreras. Y, sin embargo, impone a los discípulos no perder tiempo con los que no los aceptan. Probablemente en esta recomendación exista también una adaptación a la situación de la comunidad: no deben lamentarse por no entenderse con la comunidad israelítica. Hubo una cerrazón total, un rechazo feroz y agresivo: esto ya lo había previsto Jesús. Que no les dé pena. Que vayan a otros lugares, que no pierdan el tiempo en recuperar lo que es irrecuperable.
6. Salmo 85
Oración por la justicia y la paz
¡Muéstranos tu amor, Yahvé,
danos tu salvación!
Escucharé lo que habla Dios.
Sí, Yahvé habla de futuro
para su pueblo y sus amigos,
que no recaerán en la torpeza.
Su salvación se acerca a sus adeptos,
y la Gloria morará en nuestra tierra.
Amor y Verdad se han dado cita,
Justicia y Paz se besan;
Verdad brota de la tierra,
Justicia se asoma desde el cielo.
Yahvé mismo dará prosperidad,
nuestra tierra dará su cosecha.
Justicia marchará ante él,
con sus pasos le abrirá camino.
7. Oración final 


¡Señor Dios nuestro!, aparta a los discípulos de tu Hijo de los caminos fáciles de la popularidad, de la gloria a poco precio, y llévalos sobre los caminos de los pobres y de los afligidos de la tierra, para que sepan reconocer en sus rostros el rostro del Maestro y Redentor. Da ojos para ver los senderos posibles a la justicia y a la solidaridad; oídos para escuchar las peticiones de salvación y salud de tantos que buscan como a tientas; enriquece sus corazones de fidelidad generosa y de delicadeza y comprensión para que se hagan compañeros de camino y testimonios verdaderos y sinceros de la gloria que resplandece en el crucificado resucitado y victorioso. Él vive y reina glorioso contigo, oh Padre, por los siglos de los siglos.



"Caminando por la vida" de Amaia Montero


"... Y ahora respira; mira hacia arriba. Queda camino por andar, borra tus huellas, toma las riendas. Sólo es cuestión de caminar..." 





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14ºDomingo del Tiempo Ordinario


Oración inicial (para preparar el espíritu)

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu.
Amén.

Lectura
Clave de lectura:

En este 14º Domingo del Tiempo Ordinario, la Iglesia nos pone a nuestra consideración, el rechazo que sufre Jesús por parte de la gente de Nazaret. Su paso por Nazaret fue doloroso para Jesús. La que era su comunidad, ahora ya no lo es. Algo ha cambiado. Los que antes lo acogían, ahora lo rechazan. Como veremos después, esta experiencia de rechazo llevó a Jesús a tomar una determinación y a cambiar su práctica.
Desde que has empezado a participar en comunidad, ¿ha cambiado algo en tu relación con la familia y con los amigos? La participación en comunidad ¿te ha servido para acoger y para tener más confianza en las personas, sobre todo en las personas más humildes y pobres?


El texto:
1 Salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. 2 Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: «¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es esta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? 3 ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él. 4 Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio.» 5 Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos. 6 Y se maravilló de su falta de fe.



Una división del texto para ayudar en su lectura:
Marcos 6,1:
La llegada de Jesús a Nazaret, su comunidad de origen
Marcos 6, 2-3:
La reacción de la gente de Nazaret ante Jesús
Marcos,6, 4:
El modo cómo Jesús acoge la crítica
Marcos 6,5-6:
La falta de fe impide obrar milagros

Contexto de ayer y de hoy:

A lo largo de la páginas de su Evangelio, Marcos indica que la presencia y la acción de Jesús constituyen una fuente creciente de gozo para algunos y un motivo de rechazo para otros. Crece el conflicto, aparece el misterio de Dios que acoge a la persona de Jesús. Con el capítulo 6º, en la narración nos encontramos delante de una curva. La gente de Nazaret se cierra ante Jesús (Mc 6,1-6). Y Jesús, ante esta postura de cierre de la gente de su comunidad, se abre a gentes de otras comunidades. Se dirige a la gente de la Galilea y envía a sus discípulos en misión, enseñando cómo debe ser la relación con las personas, de modo que sea verdadera relación comunitaria, que no excluya, como sucede entre la gente de Nazaret (Mc 6,7-13)
Cuando Marcos escribe su Evangelio, las comunidades cristianas viven una situación difícil, sin horizontes. Humanamente hablando no había futuro para ellos. La descripción del conflicto que Jesús vive en Nazaret y el envío de los discípulos, que alarga la misión, las vuelve creativas. Para aquéllos que creen en Jesús no se puede estar en una situación sin horizontes.

Comentarios del texto:

Reacción de la gente de Nazaret ante Jesús.

Es siempre bueno regresar a nuestra tierra. Después de una larga ausencia, también Jesús regresa y, como de costumbre, en el día de sábado va a una reunión de la comunidad. Jesús no era el coordinador, pero sin embargo tomó la palabra.. Signo de que las personas podían participar y expresar su opinión. Pero a la gente no le gustó las palabras expresadas por Jesús y quedó escandalizada. Jesús, por ellos conocido desde niño ¿cómo había cambiado tanto? La gente de Cafarnaún había aceptado la enseñanza de Jesús (Mc 1,22), pero la gente de Nazaret había quedado escandalizada y no lo había aceptado. ¿Cuál es el motivo de este rechazo? “¿No es éste el carpintero, el hijo de María?” No aceptaban el misterio de Dios presente en una persona tan común como ellos. ¡Para poder hablar de Dios debería ser diverso de ellos!
La acogida para Jesús no fue buena. Las personas que hubieran debido ser las primeras en aceptar la Buena Nueva, son precisamente las primeras en no aceptarla. El conflicto no es sólo, por tanto, con los de fuera, sino también con los parientes y con la gente de Nazaret. Ellos no aceptan, porque no consiguen entender el misterio que rodea a la persona de Jesús: “¿De dónde le viene todo esto? ¿Y qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos prodigios hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no están aquí con nosotros?” Y no consiguen creer. La expresión “hermanos de Jesús” causa mucha polémica entre católicos y protestantes. Basándose en éste y otros textos, los protestantes dicen que Jesús tuvo muchos hermanos y hermanas y que María tuvo más hijos. Nosotros los católicos decimos que María no tuvo otros hijos. ¿Qué pensar de todo esto? En primer lugar, las dos posiciones, sea la de los católicos como la de los protestantes, sacan el argumento de la Biblia y de la antigua Tradición de sus respectivas Iglesias. Por esto no conviene discutir estas cuestiones con argumentos racionales, fruto de nuestras ideas. Se trata de convicciones profundas, que tienen que ver con la fe y el sentimiento de la gente. El argumento sostenido sólo por ideas no consigue deshacer una convicción de la fe que encuentra sus raíces en el corazón. Sólo irrita y desasosiega. Pero aunque no se esté de acuerdo con la opinión del otro, debo sin embargo respetarla. En segundo lugar, en vez de discutir sobre los textos, nosotros todos, católicos y protestantes, debemos unirnos mucho más para luchar en defensa de la vida, creada por Dios, vida tan ultrajada por la pobreza, la injusticia, por la falta de fe. Debemos recordar otras frases de Jesús: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). “Para que todos sean una misma cosa, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Jn 17,21). “No se lo prohibáis. Quien no está contra nosotros, está con nosotros” (Mc 9,39-40).

Reacción de Jesús ante el comportamiento de la gente de Nazaret.

Jesús sabe muy bien que el “santo de la casa no hace milagros” Y dice: “¡Un profeta no es despreciado más que en su propia patria, entre sus parientes y en su casa!” En efecto, allí donde no hay aceptación de la fe, la gente no puede hacer nada. El prejuicio lo impide. Jesús, aún queriéndolo, no pudo hacer nada y permanece atónito ante la falta de fe de aquellos paisanos.

● Tres claves para entender las divisiones en el Evangelio de Marcos:

1ª Clave: El Evangelio de Marcos ha sido escrito para ser leído y escuchado en comunidad. Cuando se lee un libro en soledad, se puede siempre volver hacia atrás, para unir una cosa con la otra, pero cuando se lee en comunidad y está una persona delante de nosotros leyendo el Evangelio, no es posible decir: “¡Párate! Lee otra vez. No lo he entendido bien!” Como veremos, un libro escrito para ser escuchado en las celebraciones comunitarias tiene un modo diverso de dividir el tema respecto a otro libro para ser leído estando a solas.

2ª Clave: El Evangelio de Marcos es una narración. Una narración es como un río. Atravesando el río en barca, no se da uno cuenta de la división en las aguas. El río no tiene divisiones. Está constituido por un solo fluir, del principio hasta el fin. En el río, las divisiones se hacen desde la orilla. Por ejemplo se dice: “¡Qué bella parte del río es la que va desde aquella casa hasta la curva donde se encuentra la palmera, tres curvas después!” Pero en el agua no se ve ninguna división. La narración de Marcos fluye como un río. Sus divisiones, aquéllos que escuchan las encuentran en las márgenes, como si se dijera, en los lugares por donde Jesús pasaba, en la geografía, en las personas que encuentra, a lo largo de los caminos que recorre. Estas indicaciones al margen ayudan al lector a caminar con Jesús, paso a paso, de la Galilea hasta Jerusalén, del lago al Calvario.

3ª Clave: El evangelio de Marcos ha sido escrito para ser leído de una sola vez. Así hacían los judíos con los libros breves del Antiguo Testamento. Algunos entendidos afirman que el Evangelio de Marcos ha sido escrito para ser leído, todo entero, en el curso de la larga vigilia de la noche de Pascua. Por eso, a fin de que las personas que escuchaban no se cansaran, la lectura debía ser dividida y tener algunas pausas. Además, cuando una narración es larga, como la del Evangelio de Marcos, su lectura debe ser interrumpida a cada paso. En ciertos momentos se necesita una pausa, de otro modo los oyentes se pierden. Estas pausas ya estaban previstas por el mismo autor de la narración. Y se hacía entre dos lecturas largas dando algunos resúmenes previos.                                  

Algunas preguntas…  para Meditar
b) ¿Cuál es la conducta de Nazaret para con Jesús? ¿Por qué no creen en Él?
c) A causa de la falta de fe de la gente, Jesús no pudo obrar muchos milagros en Nazaret . ¿Por qué la fe es tan importante? ¿Es que Jesús no puede obrar milagros sin la fe de las personas?
d) ¿Cuáles son los puntos que deben caracterizar la misión de los discípulos?
e) ¿Cuál es el punto de la misión de los apóstoles que hoy reviste para nosotros mayor importancia? ¿Por qué?


Oración final
Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos.
 
Amén...


Y porque... "No hay màs imposibles que no verte, más mal sueño que perderte..., no hay silencios que callen por ti..." Esta semana nos quedamos con esta preciosa interpretación de Antonio Orozco. Como siempre te la dedicamos a Ti, Jesús...

 

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XIII Domingo del Tiempo Ordinario

   

Oración inicial (para preparar el espíritu)

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu.
Amén.
 
Evangelio según San Marcos 5, 21-43

En aquel tiempo, Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a Él mucha gente; Él estaba a la orilla del mar. Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies, y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva». Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía. Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré». Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de Él, se volvió entre la gente y decía: «¿Quién me ha tocado los vestidos?» Sus discípulos le contestaron: «Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: "¿Quién me ha tocado?"» Pero Él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho. Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante Él y le contó toda la verdad. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad». Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos y le dice: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?» Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: «No temas; solamente ten fe». Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos. Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida». Y se burlaban de Él. Pero Él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dice: «Talitá kum», que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo, levántate». La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor. Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer.

Palabra de Dios

División del texto:
Marcos 5,21-24: El punto de partida: Jairo pierde la hija. Jesús va con él, la gente lo sigue
Marcos 5,25-26: La situación de la mujer que sufre de una hemorragia irregular
Marcos 5,27-28: El razonamiento de la mujer ante Jesús
Marcos 5,29: La mujer consigue su intento y queda curada
Marcos 5,30-32: La reacción de Jesús y los discípulos
Marcos 5,33-34: La conversación entre Jesús y la mujer curada por la fe
Marcos 5,35-36: La conversación entre Jesús y Jairo
Marcos 5,37-40: La llegada a la casa de Jairo y la reacción de la gente
Marcos 5,41-43: La resurrección de la niña
 
Comentario de este pasaje del Evangelio:
Vemos a un hombre y una mujer postrados a los pies de Jesús. Se acercan a Él. Saben y tienen la certeza de que Él es el único que puede solucionar el problema que afecta a cada uno...
Jairo anhela que su hija no muera. “Mi hija está enferma. Ven a imponerle las manos para que se salve y viva”. La mujer quiere verse curada de su enfermedad. “Si sólo tocara su vestido, quedaré sana”. Cuando Cristo descubre su fe, no se puede resistir. “La niña no ha muerto, está dormida... Levántate”. “Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y que se cure tu mal”.
 
El evangelio de hoy nos presenta a dos personas que acuden a pedir la verdadera y auténtica sanación... 

¿qué necesitamos nosotros para lograr nuestra curación?.

Ante todo debemos saber qué nos pasa, qué nos duele, qué molestias sentimos... Porque, podemos padecer el cáncer de la inmoralidad o la pulmonía del enfado que nos hace enfadarnos con todo el mundo.

Aprendamos a conocernos, y una vez localizado nuestro mal lo siguiente es acudir al doctor, a la Iglesia, al sacerdote, para que nos ayude a sanar la dolencia de nuestra alma...

¡¡Es que Dios pone todo ello a nuestro alcance!!, para que recibamos nuestra sanación...
¿Utilizamos estos medios que Dios pone a nuestro alcance, para sentirnos bendecidos, tocados, y curados por Él? 

¿Realmente nos conocemos..., para saber cómo combatir nuestro dolor?

Meditatio. ¿Qué me quiere decir Dios a través del texto? 
Qué grande es el valor del ser humano cuando, consciente de su pequeñez..., de nuestra pequeñez y nuestra indigencia, buscamos lo que necesitamos en Aquel que es verdaderamente grande. Y es que El corazón del mismo Dios se conmueve al ver nuestra actitud cuando acudimos a Él como verdaderos hijos...

Cuando amamos y nos sabemos amados, no tenemos miedo de pedir, de implorar y de suplicar... De este modo NO nos reservamos nada cuando se trata de mostrar para recibir un AMOR tan misericordioso....
Cristo curó a estos dos enfermos pero Él decidió el momento. Por ello, Él sólo necesita de nuestro arrepentimiento más sincero, y de nuestra ferviente iniciativa…
¿No nos estará pidiendo Cristo lo mismo a nosotros?.


Seguro que si tomamos la actitud de estos dos enfermos con seguridad seremos curados. Cristo jamás se deja ganar en generosidad y misericordia...
Si le entregamos uno… Él nos regalará el doble, según nuestra necesidad...
 

Oratio. ¿Qué podemos decirle a Dios gracias a este texto?

Pidamos, pero no como quien cree merecerlo todo..., pidamos conscientes de que Dios NOS AMA, aunque no lo merezcamos. Aún más, nos ama en nuestra debilidad; la misma debilidad que nos acerca a Él. Y así como le pedimos, sepamos ofrecerle el homenaje de nuestra fe y nuestra confianza total. No dudemos de su amor, que quiere darnos todo lo que realmente necesitamos, quiere curarnos de nuestra enfermedad, quiere darnos la verdadera salud...
Contemplatio. Compromiso
Que nuestro compromiso sea como la de Jesús; con los más discriminados, con los marginados, con los débiles... Tomemos el ejemplo de Jesús y acerquémonos con valentía y sin miedo al que dirán. Y así ayudar al que verdaderamente lo necesita …
 
Oración final
Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos.
Amén

 

Esta semana escucharemos "Losing my religion". Una canción que nos hará reflexionar en lo fácil que es perder el rumbo de nuestra vida e ir a la deriva... cuando perdemos nuestra verdadera identidad... 

 

Traducción: Perdiendo Mi Religión













La vida es más grande... Es más grande que tú, Y tú no eres yo.
Las distancias a las que iré, La distancia en tus ojos...
Oh, no, he dicho demasiado. Lo levanto. Ese soy yo en el rincón.
Ese soy yo en el centro de atención, Perdiendo mi religión, Intentando mantener contacto contigo... Y no sé si puedo lograrlo.
Oh, no, he dicho demasiado. No he dicho lo suficiente. Creí escucharte reír.
Creí escucharte cantar. Creo que creí verte intentar. Cada susurro De cada hora en vela Elijo mis confesiones, Intentando no quitarte la vista de encima, Como un tonto herido, perdido y ciego...
Oh, no, he dicho demasiado. Lo levanto. Considera esto El consejo del siglo.
Considera esto El desliz que me hizo Arrodillar, decepcionado. Y si todas estas fantasías Se van cayendo. Ahora he dicho demasiado...
Creí escucharte reír. Creí escucharte cantar. Creo que creí verte intentar. Pero eso fue sólo un sueño, Eso fue sólo un sueño...

 

 

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“Natividad de San Juan Bautista”

 Oración al Espíritu Santo

 

¡Oh Dios, que has instruido a tus fieles, iluminando sus corazones con la luz del Espíritu Santo, concédenos obtener por el mismo Espíritu el gustar del bien y gozar siempre de sus consuelos. Gloria, adoración, amor, bendición a Ti eterno divino Espíritu, que nos ha traído a la tierra al Salvador de nuestras almas. Y gloria y honor a su adorabilísimo Corazón que nos ama con infinito amor!
















¡Oh Espíritu Santo, alma del alma mía, yo te adoro: ilumíname, guíame, fortifícame, consuélame, enséñame lo que debo hacer, dame tus órdenes!
Te prometo someterme a lo que permitas que me suceda: hazme sólo conocer tu voluntad.

Lectura orante de la Palabra Del Evangelio de Lucas (1,57-66.80)

 

57 Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz y tuvo un hijo. 58 Oyeron sus
vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella.


















59 Al octavo día fueron a circuncidar al niño y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, 60 pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan.» 61 Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre.» 62 Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. 63 Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Y todos quedaron admirados.64 Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. 65 Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; 66

todos los que las oían las grababan en su corazón, diciéndose: «Pues ¿qué será este niño?» Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él.














80 El niño crecía y su espíritu se fortalecía y vivió en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.

Palabra de Dios


Contexto:

 

Este pasaje del evangelio forma parte de los así llamados relatos de la infancia de Jesús. Y concretamente éste sigue a la escena de la visita de María “a la casa de Zacarías” (Lc 1, 40) después de la anunciación del ángel mensajero de la nueva creación.

La expresión “se cumplió el tiempo” nos recuerda que esta realidad no solamente sorprende a Isabel embarazada (en su avanzada edad), sino que revela también algo del proyecto de Dios.

El hijo no se llamará como su padre Zacarías, sino Juan. Su nombre en efecto significa “Dios recuerda”. Su hijo, ahora no podrá ser llamado “Dios recuerda”, porque las promesas de Dios se están cumpliendo. La misión profética de Juan debe indicar la misericordia de Dios. Él, por tanto, se llamará Juan, o sea, “Dios es misericordia”... 

Recordemos que… 

 

 

 - La Iglesia ha visto siempre en Juan Bautista su tipo. Él es aquel que prepara el camino del Señor. ¿Tiene esto alguna importancia para nuestra vida cotidiana?

              

División del texto:

        1.El alumbramiento de Isabel gracias a la clemencia de Dios.
       2. La firme decisión de Isabel en cumplir con la voluntad de Dios.
     3. El milagro que Dios obró en Zacarías.  

           

 

Comentario: 

Deberíamos comprender que Dios quiere encontrar obediencia en aquellos que Él ha elegido, porque desea hacerlos partícipes de sus planes; cuando se acerca a las personas para ese proyecto o misión, Dios busca siempre cumplidores de su voluntad. Antes de concebir al hijo, el matrimonio de Isabel y Zacarías lo había deseado y pedido tantas veces; y, cuando Dios se mostró dispuesto a concedérselo, no podían creérselo…

Les había hecho esperar Dios tanto que, cuando accedió a darles el hijo, pensaron en que ya no era posible. Dios no había olvidado sus deseos; había retrasado su satisfacción, para que quedara claro que el hijo que les nacería en la vejez no era fruto de sus deseos, sino una prueba de la generosidad divina.

            

Meditatio. ¿Qué nos intenta decir Dios a través del texto?

            

Cuando Dios nos da su gracia, Él sólo espera encontrar nuestra obediencia; y si la rechazamos nos convierte en callados espectadores de su plan... Lo peor es que, como Zacarías hasta que no vemos  alguna señal milagrosa…, impedimos a Dios mostrar su misericordia y generosidad, porque realmente no nos podemos creer que nos quiera tanto; Dios sencillamente no puede hacer más por nosotros. De poco le sirve a Dios ser piadoso, compasivo, y generoso con nosotros; si a la primera de cambio le damos la espalda, no creemos, callamos…, o mucho peor cuando nos dejamos influir por opiniones humanas que en ocasiones pretenden acallar la voz de Dios…


Oratio. ¿Qué podemos decirle a Dios, gracias a este texto?

 

 Señor danos la valentía que tuvo Isabel, para imponer su criterio ante aquellos que querían convencerla y hacerla desistir en su firme decisión. Señor danos fortaleza y valor para que nada ni nadie acalle nuestra voz cuando se trate de alabarte o de bendecirte. Señor aleja de nosotros, o por lo menos alértanos de aquellos que intentan confundirnos para que no cumplamos con tu voluntad.


Haz que así sea Señor…

 Contemplatio. Compromiso


Adoremos juntos la misericordia y la bondad de Dios repitiendo en silencio:
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo.











Como era en el principio ahora y siempre

por los siglos de los siglos.
Amén

 

*Esta semana escuchamos una preciosa balada, titulada "Estoy hecho de pedacitos de ti...". En ella se habla de la luz, la misma que anunciaba Juan antes de la venida de Jesús...

Y con estrofas tan preciosas como:

"Esa luz que recompone mis emociones..."

"El saber que sin ti no soy nada.., que estoy hecho de pedacitos de ti..."


 

 

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La Parábola de la Semilla de mostaza












Oración inicial (para preparar el espíritu)

Señor Jesús, envía tu Espíritu para que nos ayude a leer la Escritura con la misma mirada con la que tú se la leíste a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos estremecedores de tu condena y muerte. De este modo, la cruz que parecía ser el fin de toda esperanza, se mostró a ellos como origen de vida y de resurrección.
Haz en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Que tu Palabra nos oriente para que también nosotros, como los dos discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y dar testimonio a los demás de que tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a tí, Jesús, hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado al Espíritu. Amén.
  
   
El texto: Marco 4,26-34
En aquel tiempo, Jesús decía ( a la multitud): Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.
Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos?
Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; pero después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra. 










Con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír.
Y sin parábolas no les hablaba; aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo.

Palabra de Dios.
 
La división del texto
Mc 4,26-29: El crecimiento  de la semilla que crece por unos cuidados ajenos al sembrador.
Mc 4,30-32: La explicación hecha por Jesús para explicar comparando el  Reino de Dios con lo que sucede en el grano de mostaza…
Mc 4,33-34: La conclusión sobre la parábola
 
Para profundizar en el tema
 
a) Para comprender mejor el texto:
Jesús cuenta muchas parábolas. Todas tratan de la vida de la gente. De este modo ayudaba a las personas a descubrir las cosas de Dios en la vida de cada día, vida que se hacía transparente. Ya que lo extraordinario de Dios se esconde en las cosas ordinarias y comunes de la vida de cada día. La gente comprendía las cosas de la vida. En las parábolas recibían la llave para abrir y encontrar en ella los signos de Dios.
Por medio de las parábolas Jesús ayudaba a la gente a percibir la presencia misteriosa del Reino en las cosas de la vida. Una parábola es una comparación. Él usa las cosas conocidas y evidentes de la vida para explicar las cosas invisibles y desconocidas del Reino de Dios. Por ejemplo, la gente de Galilea comprendía cuándo se hablaba de semilla, de terreno, de lluvia, de sol, de sal, de flores, de peces, de cosecha, etc. Y Jesús usa estas cosas conocidas de la gente en sus parábolas para explicar el misterio del Reino.

b) Comentario del texto
Es hermoso ver a Jesús que, siempre de nuevo, busca en la vida y en los acontecimientos elementos e imágenes que puedan ayudar a la gente a percibir y experimentar la presencia del Reino. En el evangelio de hoy cuenta, una vez más, dos breves historias que suceden todos los días en la vida de todos nosotros: “La historia de la semilla que crece por sí misma” y “la historia de la pequeña semilla de mostaza que crece y se hace grande."
 
La historia de la semilla que crece por sí misma.
El agricultor que planta conoce el proceso: la semilla, la hoja, la espiga, el grano. El agricultor sabe esperar, no siega el grano antes de tiempo. Pero no sabe cómo la tierra, la lluvia, el sol y la semilla tienen esta fuerza de hacer crecer una planta de la nada hasta la fruta. Así es el Reino de Dios. Es un proceso con etapas y momentos de crecimiento. Sucede en el tiempo. Produce fruto en el momento justo pero ninguno sabe explicar su fuerza misteriosa. ¡Ninguno, ni aún el dueño! ¡Sólo Dios!

La historia del pequeño grano de mostaza que crece y se hace grande.
El grano de mostaza es pequeño, pero crece y al final los pajarillos hacen su nido entre sus ramas. Así es el Reino. Comienza muy pequeño, crece y extiende sus ramas.
Jesús explica la parábola a sus discípulos.
En casa, solos con Jesús, los discípulos quieren saber el significado de la parábola. No la han comprendido. Jesús se queda atónito ante su ignorancia  (Mc 4,13) y en aquella ocasión responde con una frase difícil y misteriosa. Dice a sus discípulos: “ A vosotros se os ha confiado el misterio del Reino de Dios; sin embargo, a los de fuera todo viene expuesto en parábolas para que miren pero no vean, escuchen pero no entiendan, para que no se conviertan y sean perdonados!”. Esta frase mueve a la gente a preguntarse: Entonces ¿de qué sirve la parábola? ¿Para aclarar o para ocultar? ¿Puede ser que Jesús se sirva de la parábola con el fin de que la gente continúe viviendo en la ignorancia y no llegue a convertirse? !Por supuesto que no! Porque en el evangelio de hoy Marcos dice que Jesús usaba las parábolas “ de acuerdo a lo que podían entender” (Mc 4,33).
¡La parábola revela y esconde al mismo tiempo! Revela a aquellos que están dentro, que aceptan a Jesús, Mesías Siervo. Esconde a aquellos que insisten en considerarlo el Mesías, el Rey grandioso. Estos comprenden las imágenes de la parábola pero no llegan a aceptar su significado.
Meditatio. ¿Qué nos puede decir Dios a través del texto?:
 
Muchas son la veces en que nos sobre-esforzamos y, como sembradores, nos desvelamos por preparar el terreno de todo lo que acontece en el sembrado de nuestra vida; en plantar, en abonar, en regar…, y en tantos otros detalles…
Y aunque sabemos que todo ello es importante y hasta, en ocasiones, necesario. Debemos tener muy presente que más allá de todo cuidado y de todo desvelo (muchas veces innecesario)… la vitalidad está en la misma semilla que se desarrollará y todo acontecerá a su propio ritmo. Y es que Dios actúa  o deja de actuar (de acuerdo a su voluntad divina) más allá de todo trabajo humano…
 
Son muchas las veces en que nos afanamos porque todo salga perfecto y luego nos frustramos porque muchas veces el resultado que nosotros “deseamos…” no es el esperado. Y es que “mal-confiamos” que con nuestra acción no estamos cambiando nada… que el Reino que esperamos y por el cual nos desvelamos, y luchamos: ¡Tarda demasiado!. Vemos que por mucho que nos empeñemos; el mundo de injusticias no cambia y parece que cada día hay más gente olvidada de Dios…

Por ello, estas palabras de Jesús nos deben ayudar a no perder la esperanza, a seguir luchando por esa misión a la que todos estamos llamados. Pero teniendo la firme convicción de que debemos de hacer todo lo que esté en nuestras manos, y dejando el resto en las manos de su providencia divina…

Oratio. ¿Qué podemos decirle a Dios gracias a este texto?
 
Te doy las gracias Señor porque esa semilla que, en mí, plantaste haya germinado.
Aunque sabes Señor que (a mi modo de ver) haya sido a destiempo…
Pero todo es gracias a Ti Señor, porque tus tiempos no son los nuestros.
 Te agradezco, también Señor, por las circunstancias que han acontecido en mi vida, buenas y malas; por los tiempos de sequía, por los tiempos de tormentas, por los tiempos tranquilos…  
Todos necesarios porque han sido necesarios en "mi germinación"…
Señor te doy las gracias porque no nos exiges prácticamente nada, con esta parábola me enseñas que “TODO ESTÁ”… ¡¡la materia prima en la semilla!!, ¡¡la materia prima en la humanidad!!…
¿y Tú?…, Señor es que TÚ  pones ¡¡TODO LO DEMÁS!!,
… incluso hasta lo que no podemos imaginar…
¡¡Gracias Señor!!  
  
 
Actio. Compromiso:
 
Señor quiero que mi compromiso antes de realizar cualquier actividad, sea la de acudir con mucha humildad ante ti y ponerme en tu presencia (sea donde sea) y decirte:
“Señor, tu sabes que yo intento hacer “mi parte”…, la parte que está en mi mano, hasta donde yo puedo llegar; esa parte que me has encomendado. Pero sé que los resultados y lo que acontezca; sea lo esperado o no…, dependerá siempre de ti, Señor.
Porque sé que lo que suceda será lo mejor para todos...”  
 *Esta semana escucharemos una preciosa oración en la voz de Marcela Gandara, titulada:
“Me haces crecer…”

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Oración inicial (para preparar el espíritu)











Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.

Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

Corpus Christi
Esta semana  celebramos el Corpus Christi, la Iglesia nos pone delante la Última Cena, el último encuentro de Jesús con sus discípulos. Y aunque fue un encuentro lleno de muchas emociones, pero también de muchas contradicciones. Pues Judas había decidido traicionar a Jesús y Pedro lo había negado ya, Jesús aún sabiéndolo no perdió la calma, ni el sentido de la amistad, ni desvió su atención de lo más importante en ese momento. Al contrario, precisamente en esta Última Cena instituyó la Eucaristía y realizó el supremo gesto de su amor por ellos (Jn 13,1).

El texto: Evangelio según San Marcos 14, 12-24
12 El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de Pascua?» 13 Entonces, envía a dos de sus discípulos y les dice: «Id a la ciudad; os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; seguidle 14 y allí donde entre, decid al dueño de la casa: `El Maestro dice: ¿Dónde está mi sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?' 15 Él os enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta y preparada; haced allí los preparativos para nosotros.» 16
Los discípulos salieron, llegaron a la ciudad, lo encontraron tal como les había dicho, y prepararon la Pascua.17 Y al atardecer, llega él con los Doce.18 Y mientras comían recostados, Jesús dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará, el que come conmigo.» 19 Ellos empezaron a entristecerse y a decirle uno tras otro: «¿Acaso soy yo?» 20 Él les dijo: «Uno de los Doce que moja conmigo en el mismo plato. 21 Porque el Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!»22 Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: «Tomad, éste es mi cuerpo.» 23 Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella. 24 Y les dijo: «Ésta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos.

Palabra de Dios

División del texto para ayudarnos en la lectura:

Marcos 14,12: Los discípulos quieren saber dónde celebrar la Pascua
Marcos 14,13-15: Jesús da instrucciones sobre dónde y cómo preparar la Pascua
Marcos 14,16: Los discípulos hacen lo que Jesús les manda hacer
Marcos 14,17-21: El anuncio de la traición de Judas
Marcos 14,22-24: Jesús da un sentido nuevo al pan y al vino. Mensaje principal del texto (discurso de Jesús)











Contexto:
Estamos en la sala de la Última Cena. Los acontecimientos de los dos anteriores días aumentaron la tensión entre Jesús y las autoridades: todo esto hace crecer la oposición de los grandes contra Jesús. Y los discípulos que no conseguían entender y mucho menos aceptar la Cruz, y querían huir, negar y traicionar (Mc 14,17-21.27-31). Y en medio de este ambiente tenso y amenazador, llega el gesto de amor de Jesús que se da totalmente partiendo el pan para sus discípulos.

Preparación de la Cena Pascual
En total contraste con la discípula que ungió a Jesús, Judas, uno de los doce, decide traicionarlo y conspiró con los enemigos que le prometieron dinero. Jesús sabe que será traicionado. Pero aún así, trata de fraternizar con los discípulos en la última cena.
En la noche de Pascua, las familias llegadas de todas las partes del país, cargaban su propio cordero para ser sacrificado en el templo, y luego, cada familia en una celebración íntima y muy familiar en casa, celebraban la Cena Pascual y comían el cordero.

                           La Eucaristía: El gesto supremo de AMOR

El último encuentro de Jesús con los discípulos se desarrolla en el ambiente solemne de la tradicional celebración de Pascua. El contraste es muy grande. Por un lado, los discípulos, que se sienten inseguros y no entienden nada de lo que sucede. Por otro lado, Jesús tranquilo y dueño de la situación, que preside la cena y realiza el gesto de partir el pan, invita a los amigos a tomar su cuerpo y su sangre... Un gesto difícil de entender y de asimilar por parte de los discípulos... 
 Eucaristía: La Pascua celebrada por Jesús en la Última Cena

Jesús dio un nuevo significado a los símbolos del pan y del vino. Cuando distribuye el pan, dice: “Tomad y comed, esto es mi cuerpo entregado por vosotros” Cuando distribuye el cáliz con el vino, dice: “Tomad y bebed, ésta es mi sangre derramada por vosotros y por todos”.

Eucaristía quiere decir celebrar la memoria de Jesús que da su vida por nosotros, a fin de que nos sea posible vivir en Dios y tener acceso al Padre. He aquí el sentido profundo de la Eucaristía: hacer presente en medio de nosotros y experimentar en la propia vida, la experiencia de Jesús que se da, muriendo y resucitando.

¿Qué significa el gesto de Jesús que parte el pan diciendo:
 “¡Tomad y comed! ¡Esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros!”?
¿Cómo ayuda este texto a entender mejor la Eucaristía?

*Entremos en nuestro corazón y preguntémonos:

¿Cuántas veces, al igual que Pedro, he negado a Jesús?

¿De qué maneras y con qué actitudes he traicionado a Jesús?

¿¿Soy como los doce que huyo de las situaciones en las que debo de implicarme más..., de acuerdo a mi condición de cristiano??

 

Para la revisión de vida…











Y finalmente, teniendo presente este texto del evangelio de San Marcos, el cual hemos meditado, preguntémonos igualmente:

¿Me preocupo demasiado de las “cosas superfluas” desviando mi atención de lo verdaderamente trascendente e importante? 













¿Es la celebración de La Eucaristía un rito que hay y que debo de cumplir, o es una necesidad en la que siento viva la presencia del Señor?

Oración final
Señor Jesús, que partiste y repartiste tu pan, tu vino, tu cuerpo y tu sangre, durante toda tu vida, y en la víspera de tu muerte lo hiciste también simbólicamente; te pedimos que cada vez que nosotros lo hagamos también "en memoria tuya" renovemos nuestra decisión de seguir partiendo y repartiendo, como tú, en la vida diaria, nuestro pan y nuestro vino, nuestro cuerpo y nuestra sangre, todo lo que somos y poseemos. Te lo pedimos a ti, que nos diste ejemplo para que nosotros hagamos lo mismo,
Ayúdanos a que así sea Señor...

 

*Esta semana y teniendo muy presente "la última Cena de Jesús" escuchamos una preciosa canción, en la que Azeneth interpreta con una especial emoción lo acontecido esa noche...

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Solemnidad de La Santísima Trinidad

 Oración inicial

(para preparar el espíritu)











Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz , que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Tí, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu.

Amén.

Contexto

Al comienzo del Evangelio según Mateo, Jesús fue presentado como el “Dios-con-nosotros” (1,23), ahora al final del Evangelio es Jesús mismo quien dice: “Yo-estoy-con-vosotros” (28,20). ¡Pues bien, en Jesús Dios se hizo visible a nuestros ojos!
Al regresar a la casa del Padre, Jesús no nos abandona sino que –como le dice a los apóstoles- nos da el mandato de integrar en la familia de Dios a todos los pueblos de la tierra. Para ello nos promete su ayuda y su asistencia para que podamos cumplir la tarea de enseñar el evangelio a “todas” las naciones en nombre de aquel que tiene “todo” poder y que está con nosotros “todos” los días hasta el fin del mundo.
Es así como la Ascensión de Jesús no es ausencia del mundo sino otra manera de estar presente en él. Jesús es para siempre el “Dios-con-nosotros”.

El texto: Evangelio según San Mateo 28,16-20:

“28,16 Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
























17Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron.
18Jesús se acercó a ellos y les habló así:
Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.
19Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes
bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
20y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado.
Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.

Palabra de Dios.

Comentario:

En el pasaje del evangelio de Mateo que la liturgia nos propone para esta solemnidad destacamos inicialmente algunos detalles:
El pasaje se compone de una parte narrativa (28,16-18ª) y de una parte discursiva (28,18b-20).
La parte narrativa cuenta en pocas palabras el único encuentro de Jesús resucitado con su comunidad. Se trata, por tanto, de un momento solemne en el cual se centran los acontecimientos pascuales. Dentro de la parte discursiva notamos que en sólo cinco versículos se repite cuatro veces el término “Todo…

• “Todo” poder (28,18b): la totalidad del poder está en Jesús
























• “Todas” las gentes (28,19ª): la totalidad de la humanidad debe ser evangelizada
• “Todo” lo que Jesús enseñó (28,20ª): la totalidad de la enseñanza debe ser aprendida
• “Todos” los días (28,20b): la totalidad de la historia por la presencia del Resucitado.

 
Algunos detalles de este pasaje… 

El encuentro del Resucitado con sus discípulos (28,16-18ª)
























16 Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
17 Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron.
18 Jesús se acercó a ellos y les habló así…”

Una herida que se sana

El grupo que ha sido convocado en Galilea tiene una herida producida por la traición y la muerte de Judas: ya no son “Doce” (ver 10,2.5; 26,20), sino “Once” (“Los once discípulos marcharon a Galilea…”).

























Esta herida recuerda que todos han sido probados en su fidelidad a Jesús. Ellos se han encontrado con su propia fragilidad. Cuando comenzó la pasión de Jesús, todos los discípulos interrumpieron el seguimiento: la traición de Judas (26,47-50), la triple negación de Pedro (26,69-75) y la fuga atemorizada de los otros diez (26,56).

 

Con todo, Jesús sana la herida provocada por la ruptura del seguimiento. No llama a otros discípulos, sino a los mismos que le fallaron en la prueba de la pasión... Jesús cumple una promesa.

























La última noche había anunciado que los precedería en Galilea: “Todos vosotros vais a escandalizaros de mí esta noche, porque está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño. Mas después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea” (26,31-32).
























• En la mañana del día de la resurrección, el Ángel, junto a la tumba, les confió a las mujeres la tarea de recordarles a los discípulos estas palabras: “Id enseguida a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis” Ya os lo he dicho” (28,7).
• Y Jesús les encomienda la tarea: “No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán” (28,10). Los discípulos llegan a Galilea cargando sobre sus espaldas toda la historia dolorosa de la deslealtad. Pero la confianza del Maestro se muestra mayor que la fragilidad de sus discípulos. Jesús sí cumple sus promesas hecha durante la última cena.


























*Es bello notar que en este encuentro con el Maestro después de la dolorosa historia de traición, negación y fuga, no escuchan ni una sola palabra de reclamo por parte de Jesús. Más bien todo lo contrario: cuando los manda llamar a través de las mujeres, los denomina por primera vez “mis hermanos” (28,10).

 

La reacción ante el Resucitado de adoración y duda; El narrador continúa diciéndonos que los discípulos “al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron” (28,17). Mateo hace notar que algunos todavía “dudan”. No debe extrañarnos, pues reconocimiento y duda pueden estar íntimamente unidos…

 

Las palabras de Jesús en (28,18b-20) lo podemos dividir en tres partes:
























“18Jesús se acercó a ellos y les habló así:
Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. 19Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.

























(1) El anuncio del Señor  Resucitado (28,18b)
(2) El envío misionero de sus discípulos (28,19-20ª)
(3) La promesa de su permanencia fiel en medio de los discípulos (28,20b)
 

Jesús tiene toda la potestad, por eso Él es “El Señor” (28,18b)
























“Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra”
Al postrarse, los discípulos reconocen que él es el Señor, el Señor sin límites, el Señor por excelencia... Ante ellos, Jesús afirma que el Padre, el Señor del cielo y de la tierra, le ha dado todo poder en todo ámbito: en el cielo y sobre la tierra. Ya desde el comienzo del evangelio el mensaje de Jesús se refirió a este “poder” cuando anunció la cercanía del “Reino de los Cielos”. La obra de Jesús fue continuamente experimentada como una “obra con poder”. Con este “poder” venció al mal y levantó al hombre postrado en sus sufrimientos y marginaciones. El Resucitado se revela a sus discípulos como el que posee toda autoridad, es decir, un poder absoluto sobre todo.

Una vez que ha vencido al mal definitivamente en su Cruz, Jesús se presenta vivo y victorioso ante sus discípulos: el Señor del cielo y de la tierra. Y con esta demostrada revelación, Jesús les entrega ahora la misión, prometiéndoles su asistencia continua y poderosa.
Así que la tarea fundamental es la de hacer discípulos a todas las gentes. Por medio de ellos el Señor resucitado quiere acoger a toda la humanidad. Hasta ahora ellos han sido los únicos discípulos. Jesús los llamó y los formó mediante un proceso de aprendizaje.

En este momento los discípulos también son enviados a una misión. Hacer “discípulos” es iniciar a otros en el “seguimiento”. De la misma manera que Jesús los llamó a su seguimiento y a través de ella los hizo pescadores de hombres, también los misioneros deben atraer a todos los hombres al seguimiento de Jesús...
“Seguimiento” quiere decir continuar en el "proyecto de vida" iniciado por Jesús, entablar una cercanía con la persona de Jesús, entrar en comunión con Él. El “discipulado” supone la docilidad: aceptar que es Jesús quien orienta verdaderamente el camino de la vida...
El “discipulado” lleva a abandonarse completamente en Jesús, porque sólo Él conoce el camino y la meta y nos conduce con firmeza y seguridad hacia ella.

Entonces, la esencia de la misión de los discípulos es conducir a toda la humanidad a la persona del Señor, a su seguimiento. De la misma manera como Jesús los llamó, sin imponer, sin forzarlos; sino seduciendo su corazón y en la libre decisión de cada uno, así ellos y nosotros debemos de proponer y hacer discípulos.
…A todas las gentes”
Puesto que se le ha puesto en sus manos el mundo entero y es superior al tiempo y al espacio, Jesús los manda (nos manda) a todos los pueblos de la tierra. La misión no conoce restricciones: a todos los hombres, y podríamos agregar “al hombre todo” (con todas sus dimensiones). 
























  

Al interior de la familia trinitaria.
El bautismo:
























• Nos pone bajo su protección y su poder.
• Nos posibilita la comunión con Él, que en sí mismo es comunión.
• Nos hace Hijos del Padre, quien está unido con un amor ardiente a su Hijo.
• Nos hace hermanos y hermanas del Hijo que, con todo lo que Él es, está ante el Padre.
• Nos da el Espíritu Santo, quien nos une al Padre y al Hijo, nos abre a su benéfico influjo y nos hace vivir la comunión con ellos.

El Resucitado muestra el significado pleno de su nombre “Emmanuel”, “Dios-con-nosotros” (28,20b) “Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”

























Durante su ministerio terreno, la relación de Jesús con sus discípulos estuvo caracterizada por su presencia visible y viva en medio de ellos. A partir de la Pascua esta presencia no termina sino que adquiere una nueva dimensión. Jesús utiliza una expresión conocida en la Biblia. En el Antiguo Testamento la expresión “El Señor está contigo”, le aseguraba a la persona que tenía una misión particular que Dios lo asistiría con poder y eficacia en su tarea. Con ello se quería decir que Dios no abandona al hombre a sus propias fuerzas, sino más bien que a la tarea que Dios le encomienda se le suma su presencia y su ayuda.
























Jesús, a quien se le ha dado todo poder, habla con la potestad divina, asegurando su presencia y su ayuda a la Iglesia misionera.

Quien al principio fue anunciado como el “Emmanuel”, el “Dios con nosotros”, muestra ahora la verdad de esta expresión: Él es la fidelidad viviente del Dios de la Alianza (“Dios-con-nosotros” es una expresión referida al “Yo soy vuestro Dios y vosotros mi pueblo”) que permanece al lado de sus discípulos con todo su poder, con su vivo interés y con su poderosa asistencia a lo largo de toda la historia.
























En fin…
La celebración de la Ascensión nos coloca ante estas palabras de Jesús, quien la plenitud de su potestad toma determinaciones hacia el futuro. Él, ya no estará de forma visible en medio de sus discípulos, pero sí garantiza su presencia poderosa en medio de nosotros. Así permanecerá “hasta el fin del mundo”…

Cultivemos la semilla de la Palabra en el corazón
Cuestionémonos lo siguiente:
¿Cómo discípulo/a de Jesús, entre quiénes me incluyo; entre los que lo alaban o entre los que tienen una fe tibia y dudan, y dudan… de Él?

¿Me acerco y escucho, a través de las Escrituras, La Palabra de Dios, tratando de esforzarme en discernir lo que Él me quiere transmitir?


¿Reflexionamos en lo qué evocan, así cómo lo qué implican los términos: Discípulo y Señor…?
¿Cuál es mi relación con mi Señor Jesús? ¿La cuido…? ¿La mimo…?

























¿Reflexiono y me cuestiono en por qué sobrevienen los momentos de dudas y de debilidad?
 Oración final
Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos.
Amén.


*Esta semana en la que celebramos la “Solemnidad de La Santísima Trinidad”, y teniendo muy presente a María, en este mes de Mayo que ya finaliza,  pongámonos en sus manos. Porque ella debe de ser nuestro modelo  de ejemplo a seguir y cumplir, desde el amor, con la misión que Jesús nos encomienda…
Así que pidámos a Dios; "Señor Dame La Fe de María…”
El grupo que interpreta esta preciosa canción es el llamado “Son by four”. Un grupo que recordemos lograron un gran éxito con aquella famosa canción titulada “a puro dolor”…
Son los mismos, de aquel entonces,  pero con una ideología musical totalmente diferente;  Ellos también han dicho un SI grande, un SI incondicional,  un SI con mayúscula a Dios…   

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Solemnidad de Pentecostés


Oración inicial
(para preparar el Espíritu)

























Padre, ¡abre tu corazón y envíalo desde los cielos santos, desde tus altas moradas!. Danos tu Amor para que también nosotros podamos abrirnos y ser liberados por ti y en Ti. Que esta Palabra tuya sea hoy el lugar santo de nuestro encuentro, y estar íntimamente en ti, Amén.

 

El Texto:
Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-23):


























19 Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
























- "Paz a vosotros".
20 Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. 21 Jesús repitió:
- "Paz a vosotros: Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo".
22 Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
- "Recibid el Espíritu Santo; 23 a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos".

Palabra de Dios.


























Contexto:

 

Apariciones a los discípulos. El presente relato está pensado desde el cumplimiento de las promesas de Jesús. He aquí una relación entre promesa y cumplimiento. Jesús había dicho volveré a estar con vosotros (Jn 14,18); y el evangelista lo confirma: se presentó en medio de ellos (Jn 20,19). Jesús había prometido: dentro de poco volveréis a verme (Jn 16, 16ss); el evangelista afirma: los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor (Jn 20,20. Jesús anunció: os enviaré el Espíritu (Jn 14,26; 15,26; 16,7ss), y tendréis paz (Jn 16,33); el evangelista recoge las palabras de Jesús: la paz con vosotros... y recibid el Espíritu Santo (Jn 20,21ss). Jesús afirmó: voy al Padre (Jn 14,12) y el evangelista se encarga de recoger otras palabras de Jesús que significan el cumplimiento de lo que había prometido: voy a mi Padre, que es también vuestro Padre (Jn 20,17).

En los discípulos de Jesús no solamente no existía predisposición alguna para aceptar la resurrección -se ha dicho muchas veces que el deseo ferviente de volver a ver a Jesús les había hecho caer en la alucinación de verle, inventando todo lo relativo a las apariciones. Como hijos de su tiempo creían únicamente en la resurrección del último día. Cuando se les anuncia que Jesús vive ni siquiera se entusiasman. El relato sobre la Magdalena no puede ser más significativo: ante el sepulcro vacío, lo único que se le ocurre pensar es en el robo (Jn 20,2. 13.15). Una vez convencida de la resurrección gracias al encuentro personal con el Resucitado, se lo anunció a los que habían vivido con él. ¿Resucitado? No la creyeron (Mc 16,11). En los de Emaús, la "esperanza" en la resurrección se manifiesta en su decisión de abandonar aquel asunto e irse a sus casas (Lc 24,22 ss). Y cuando comunicaron a los demás su experiencia, el resultado fue el mismo: ni aun a estos creyeron (Mc 16,13).

Análisis del texto

"Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo" (v.21). Este envío de Jesús carecería de consistencia en nosotros sin su Espíritu. Por eso existe un contagio, una transmisión una “exhalación” sobre todo creyente:

"...Exhaló su aliento sobre ellos" (v.22). El soplo, exhalación, aliento, es el que permanentemente recibimos los creyentes cuando, actualizando nuestro bautismo, oramos abriendo nuestro interior a Dios.


























"...y les dijo: Recibid el Espíritu Santo" (v.22); recibimos un Espíritu de santidad, de energía, de coraje, de alegría.... para cuanto emprendemos impulsados por Dios.


























"...a quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados..." (v.23), por tanto…no se nos impulsa al rencor y a la discordia, sino al perdón, a ser enviados de la reconciliación y del perdón en nuestra vida cotidiana...; este es un servicio altamente necesario e importante, que hemos de aportar los creyentes, en una sociedad cada día más crispada.


























"...a quienes se los retengáis les quedan retenidos" (v.23); retener = no perdonar..., una grave responsabilidad, para todos nosotros y para la Iglesia, saber que Dios quiere y desea reconciliar, y además salvar a través de la acción salvadora.     

Salgamos de la "noche" (v.19), salgamos a la intemperie (v.19), abramos las puertas (v.19), perdamos el miedo (v.19), dejemos que el Espíritu de Jesús y del Padre haga morada en nosotros (v.19) para que podamos reconocer sus heridas en todos los heridos y desconsolados del mundo.

"Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor" (v.20). Nosotros esperamos esa misma alegría en el encuentro reconciliador… que nos lleva a la única “verdad”…       

El Espíritu nos introduce en ella, nos la trae; no podemos quedar indiferentes, continuar somnolientos, eligiendo un poco de aquí y otro poco de allá, seguir engañándonos, y sentirnos cada día más, y más vacíos… Porque solamente hay una realidad “una verdad” que nos hará libres; y es el misterio de la Santísima Trinidad.

Por tanto; estamos llamados a testimoniar todo esto, es decir, a poner y empeñar nuestra vida por amor a esta verdad. Testimoniar es convertirse en mártires, por amor. No solos, ni por nuestra fuerza, ni por nuestra sabiduría. “También vosotros daréis testimonio”, dice Jesús. Nuestro testimonio solamente puede subsistir dentro del testimonio del Espíritu Santo; no son testimonios paralelos, sino vidas fundidas juntas: la del Espíritu y la nuestra. Así, nuestra vida se convierte, entonces, en un lugar sagrado, casi en un santuario, del testimonio de nuestro Señor Jesús. No se trata de realizar grandes obras, o demostrar sabiduría e inteligencia, atraer muchedumbres; no, solamente basta una cosa: decir al mundo que el Señor está vivo, que está aquí en medio de nosotros y que anuncia su misericordia, su amor infinito...
Dejarnos envolver por el Espíritu…

El contacto con el Espíritu Santo, el dejarse abrazar e invadir por Él, nos lleva al Señor Jesús; nos conduce hasta su corazón, hasta la mismísima fuente de su amor. Desde allí nosotros alcanzamos al Padre, recibimos al Padre. No teníamos nada, no hemos podido traer nada con nosotros al venir a este mundo, y ahora, ¡he aquí que somos colmados de dones! Imposible poder contenerlos todos. Hace falta dejar rebosar el recipiente, dejarlo salir fuera, hacia los hermanos y hermanas que encontremos, e incluso, dejarlo que florezca en experiencias de vida. El Espíritu habla de Jesús y utiliza las palabras del Padre; Él nos repite lo que oye en el seno del Padre. El Padre es su morada, su casa.

Meditación:

Señor ayúdanos a vislumbrar y poder reconocer, a través del espíritu, nuestro origen y sobretodo a aceptar nuestro fin. Y que al descubrir y recibir gozosos el Espíritu de Jesús, también nosotros vayamos al Padre. Y que al nacer de Él, vivamos coherentemente con Él y en Él...

  • Nos ayudara en esta reflexión a cuestionarnos lo siguiente:

¿Nos dejamos guiar en el camino de la vida por la acción del Espíritu Santo, o más bien lo asfixiamos y nos guiamos de nuestro propio instinto?

¿Hacemos ese silencio tan necesario, para poder escuchar, y entender lo que el Espíritu nos quiere transmitir?


























¿Le dejamos que en la oración sea el conductor de nuestra vida? ¿Obedecemos sus iniciativas?


¿Contemplo cuántas maravillas puede obrar el Espíritu de la verdad, que el Señor Jesucristo me envía desde el Padre?


  • Por ello, es necesario y hace falta volver a casa, pensar en nuestro Padre, y confesarle:
“¡Lo siento Padre! Por esos momentos en los que He vagado demasiado tiempo, lejos de ti y me he perdido, perdóname padre, hoy quiero volver a ti...”

Pues…, no será Pentecostés, si no me dejo aferrar por Él, ser llevado con Él hasta el seno del Padre, donde me espera Jesus con sus brazos abiertos, donde ya está encendido PARA MÍ el fuego del Espíritu Santo…


Oración final

Gracias, Padre, por la venida de nuestro consuelo “El Espíritu Santo”, nuestro Abogado; gracias por su testimonio de Jesús en el mundo y en mí, en mi vida. Gracias, porque es Él el que me hace capaz de recibir y llevar el peso glorioso de tu Hijo y mi Señor. Gracias, porque Él me guía a la verdad verdadera, me entrega la verdad toda entera y me revela las palabras que Tú mismo pronuncias. Gracias, Padre mío, porque en tu bondad y ternura, tú me has alcanzado hoy, me has atraído a Ti, me has hecho entrar en la casa de tu corazón; me has inmerso en el fuego de amor trinitario, donde tú y el Hijo Jesús sois una sola cosa en el beso infinito del Espíritu Santo. Aquí también estoy yo, y por eso mi alegría es desbordante. Te ruego, Padre, haz que yo pueda dar a todos este gozo en el testimonio amoroso de Jesús Salvador, cada día de mi vida...
Amén


*Esta semana escucharemos una preciosa canción titulada: “Aquí estoy Yo…”. Y pensando y teniendo, muy presente, la Solemnidad de “Pentecostés”, que rememoramos este domingo; nuestro entusiasmo e ímpetu sea como la de aquellos primeros cristianos que recibieron por primera vez “La venida del Espíritu Santo”…

¡¡Feliz Día de Pentecostés !!

 

 

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Séptimo Domingo del tiempo de Pascua:


Oración inicial

























Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz , que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Tí, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu.
Amén.















































Contexto:
























La liturgia de esta fiesta de la Ascensión de nuestro Señor, nos pone delante una escena en la que Jesús se aparece a los discípulos y les encomienda la difícil e importante tarea de la misión de ir por el mundo entero, para anunciar la Buena Noticia.


Una división del texto para ayudar en la lectura:
























Marcos 16, 9-11: Jesús se aparece a María Magdalena
Marcos 16, 12-13: Jesús se aparece a dos discípulos
Marcos 16, 14-18: Jesús se aparece a los Once y les confiere la misión
Marcos 16, 19-20: Jesús sube al cielo delante de los discípulos.


El texto: Evangelio según San Marcos 16, 9-20
























9 Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. 10 Ella fue a comunicar la noticia a los que habían vivido con él, que estaban tristes y llorosos. 11 Ellos, al oír que vivía y que había sido visto por ella, no creyeron.
12 Después de esto, se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos cuando iban de camino a una aldea. 13 Ellos volvieron a comunicárselo a los demás; pero tampoco creyeron a éstos.
14 Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les echó en cara su incredulidad y su dureza de corazón, por no haber creído a quienes le habían visto resucitado. 15 Y les dijo: "Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. 17 Estos son los signos que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, 18 agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien."
19 Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con los signos que la acompañaban.


Palabra de Dios


Comentario

























El apéndice del evangelio de Marcos ofrece una lista de apariciones de Jesús (Mc 16, 9-20). Esta variedad muestra que, al principio, los cristianos no se preocupaban de describir o probar la resurrección. Para ellos la fe en la resurrección era de tal manera vívida y evidente, que no había necesidad de dar alguna prueba.


a) Marcos 16,9-11: Jesús se aparece a María Magdalena, pero los otros discípulos no la creyeron.
























Marcos dice que Jesús se apareció ante todo a María Magdalena. En esto está de acuerdo con los otros tres evangelistas. (cfr Mt 28, 9-10; Jn 20,16; Lc 24, 9-11). Los primeros cristianos tuvieron dificultad en creer los testimonios de las mujeres.


b) Marcos 16, 12-13: Jesús aparece a dos discípulos
























Esta narración de la aparición a los dos discípulos que iban de camino y se dirigían al campo es una probable alusión al episodio de la aparición de Jesús a los discípulos de Emaús, que al regreso, compartieron su experiencia de la resurrección con los Once y sus compañeros" (Lc 24, 33-34).


c) Marcos 16,14: Jesús reprende la incredulidad de los Once
























Aparece finalmente a los once discípulos reunidos a la mesa y les reprende su incredulidad por cuanto no habían creído a las personas que lo habían visto resucitado. Por tercera vez, Marcos se refiere a la resistencia de los discípulos a creer en el testimonio de aquéllos o aquéllas que han experimentado la resurrección de Jesús. ¿Cuál puede ser el motivo de esta insistencia de Marcos al mencionar la incredulidad de los discípulos? Probablemente para enseñar dos cosas. Primero, que la fe en Jesús resucitado pasa por la fe en las personas que dan testimonio de ello. Segundo, que ninguno debe perder el ánimo, cuando la duda o el temor nacen en el corazón. ¡Incluso los Once tuvieron dudas!.


d) Marcos 16, 15-18: Los signos que acompañan el anuncio de la Buena Noticia
























En seguida Jesús confiere la misión de anunciar la Buena Noticia a todas las criaturas. La exigencia que Él pone es ésta:

creer y ser bautizado. A los que tienen el valor de creer en la Buena Noticia y se hacen bautizar, Él promete muchos signos:


























*expulsar los demonios: es combatir el poder del mal que ahoga la vida. La vida de muchas personas ha mejorado desde el momento en que entraron en comunidad y empezaron a vivir la Buena Noticia de la experiencia de Dios. Participando en la vida de la comunidad, echan el mal de sus vidas.

*hablar nuevas lenguas: es comenzar a comunicarnos con los otros de modo nuevo. A veces encontramos una persona que nunca la habíamos visto antes, pero sucede como si ya la conociésemos de mucho tiempo. Es porque hablamos la misma lengua, la lengua del amor.

*tomar en las manos las serpientes y tomar el veneno: hay muchas cosas que envenenan la convivencia. Muchas habladurías que arruinan la relación entre las personas. Quien vive la presencia de Dios sabe superar esto y no es molestado por este veneno mortífero.

*curar los enfermos: en cualquier lugar en el que aparezca una conciencia más clara de la presencia de Dios, aparece también una especial atención a las personas excluidas y marginadas, sobre todo a los enfermos. Lo que más favorece la salud es que la persona se sienta acogida y amada.

e) Marcos 16, 19-20: A través de la comunidad Jesús continúa su misión.  A través de nosotros, Él continúa su misión de revelar la Buena Noticia del amor de Dios a los pobres. Hasta hoy, la resurrección se continúa anunciando... Ningún poder de este mundo es capaz de neutralizar la fuerza que emana de la fe en la resurrección (Rom 8, 35-39). Una comunidad que quiere ser signo de la resurrección debe ser signo de vida, debe luchar contra las fuerzas de muerte, para que el mundo sea un lugar favorable a la vida, debe creer que otro mundo es posible. Sobre todo en aquellos lugares donde la vida del pueblo está en peligro por causa del sistema de muerte allí impuesto, las comunidades deben ser una prueba viva de la esperanza que vence al mundo;
 ¡Sin temor a ser felices!

























Para la reflexión personal (meditación)

























¿Cuántas veces y de cuántas maneras Jesús ha necesitado mostrarse, ante mí, para convencerme? ¿He sido consciente de esas señales que Él me ha mostrado? ¿Soy consecuente, y según me dice la palabra de Dios, de todos “esos signos”; que me acompañarán si creo en Él? Igualmente ¿Con juicio crítico me he parado a pensar en lo desgraciada/o (condenada/o) que he llegado a ser cuando no creía en Él?…
























Con responsabilidad, ejemplo de vida, y humildad; ¿cumplo con esa misión que Jesús nos encomendó de transmitir la buena noticia? O por el contrario; vivo “Mi Fe” en mi mundo, y miro al cielo esperando que Dios me mande una “señal” extraordinaria o... (...), mientras sigo siendo “desconfiada/o”, “limitada/o” ...

Reflexionemos en todo ello…


























Oración final

























Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén

*Esta semana con motivo de la celebración de la “Ascensión” de nuestro Señor Jesucristo; que mejor que decirle cantando: Señor “Quédate conmigo…


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Oración inicial (para preparar el espíritu)






O Padre, tú que eres fuente de vida y nos sorprendes siempre con tus dones, danos la gracia de responder al llamado de tu Hijo Jesús que nos llamó amigos, para que siguiéndole a Él, nuestro maestro y pastor, aprendamos a observar sus mandamientos, la nueva y definitiva Ley que es El mismo, camino para llegar a ti y permanecer en ti. Por Jesucristo tu Hijo y Señor nuestro. Amén…

El texto: Evangelio según San Juan 15,9-17







9 Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. 10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. 11 Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. 12 Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. 13 Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. 15 No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. 16 No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. 17 Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.
Palabra de Dios








Lectura
El contexto de estos versículos del Evangelio de Juan, transcurren tras haber cumplido aquel gesto que, según el relato de Juan, califica el ministerio de Jesús como un amor hasta el fin: lavar los pies a sus discípulos (Jn 13,1-15). Mirando estos intensos capítulos podemos reconocer en ellos una acción que va desde el gesto como tal, “el lavatorio de los pies”, - un gesto que expresa su identidad y que llama a la fe, - al largo discurso dirigido a los discípulos, expresión de despedida pero también indicación de asumir las realidades que hay que atender. En el contexto inmediatamente previo Jesús ha hablado de sí mismo como vid verdadera (Jn 15,1); El Padre es el viñador y los discípulos son los sarmientos. En esta relación reveladora: antes de ser un consejo dirigido a sus discípulos, es la expresión de un hecho: el Padre cuida de la planta preciosa, de la relación entre Jesús y los suyos, así como los discípulos viven una realidad de comunión que los califica desde ahora. La reflexión se expresa con unas palabras que se centran en el verbo “permanecer”; los discípulos están llamados a permanecer en Jesús así como lo hacen los sarmientos en la vid, para tener vida y dar fruto. El dar fruto, el pedir y obtener lo encontramos en estos versículos que comentamos... Y se muestra en un ejemplo (propio del estilo del evangelio de San Juan) que se traduce en una profundización y así asimilar mucho mejor estas palabras de Jesús... Ciertamente en el verso n. 9 en el tono del discurso se percibe un cambio: y es la referencia directa a una relación: “Como el Padre me amó, yo también os he amado”. Jesús se pone en medio; Él es como “un camino”, un “conducto” que descendiente; que va de Dios (y a través de Él) a los hombres. Y con El verbo “amar” Jesús le da un sentido sublime, correcto y perfecto de lo que conlleva y significa “amar” bajo la obediencia.
Jesús nos deja un mandato “perfectísimo”; “Esto es lo que os mando: que os améis unos a otros” (Jn 15,17). La relación de reciprocidad se retoma inmediatamente tras un imperativo: “Permaneced en mi amor”; se pasa del verbo “amar” al sustantivo “amor” para indicar que la acción procedente del Padre y que pasa por el Hijo a los hombres ha creado y crea un nuevo estado de cosas, una posibilidad que era impensable hasta ese momento. Y en el verso 10 la reciprocidad se realiza en sentido contrario: la obediencia de los mandamientos de Jesús es para los discípulos la manera de responder a su amor. Jesús coloca todo en una perspectiva distinta, pero mucho más verdadera: una respuesta de amor al amor recibido... En el v. 12  el discurso se hace necesario y se resume en que: Jesús afirma que sus mandamientos se reducen a uno sólo: “que os améis unos a otros como yo os he amado”. Pero lo que sigue restablece un mensaje principal del don de Jesús: “Nadie tiene mayor amor que éste: dar la vida para los amigos” (v. 13). Es ésta la obra insuperable de su amor..., una acción que levanta a su nivel más alto el grado de implicación: el don de la vida. Hay aquí una importante palabra hacía los discípulos: “amigos”; un término que se contrapone a la condición, de “siervos”; la diferencia está en la falta de conocimiento del siervo respecto de los planes de su señor: el siervo es llamado a hacer y basta... El discurso de Jesús sigue su lógica: justamente porque ha amado a sus discípulos y está a punto de dar la vida por ellos, él les ha revelado el plan suyo y de su Padre, lo ha hecho mediante signos y obras, y lo terminará en su obra más grande; su muerte en la cruz.
Una vez más Jesús señala su íntima relación con el Padre: “Os he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padre” (v. 15). Y sin embargo, en el corazón de la afirmación de Jesús sobre los discípulos como amigos no se olvida lo que se ha expresado antes: “Sois mis amigos si hacéis lo que os mando” (v. 14).
Su identidad de discípulos se fundamenta en la elección hecha por Jesús y presenta un camino que recorrer, un fruto que dar. Entre el pasado de la llamada, el presente de la escucha y el futuro de la fructificación, el cuadro del discípulo parece completo. Sin embargo, hay que arrojar luz …, hay todavía una actitud que proponer. “Dar fruto” puede llevar a los discípulos a un actuar particular; la partícula “para que” enlaza el fruto con lo que sigue: pedir y recibir, no sin antes experimentar la pobreza de corazón...
Meditación
Las palabras de Jesús poco antes de su glorificación indican el sentido del seguimiento y de lo que implica todo ello. Son palabras que podríamos definir como; exigentes, fuertes, pero también de aquello que refleja la gloria de Aquel que se entregará y dará su vida, libremente, para la salvación del mundo (cfr. Jv 10,17-18). Al mismo tiempo son palabras muy personales, íntimas, a la vez que sencillas, esenciales, cercanas… Propias de una despedida, de un decir hasta pronto…
Y es que ser discípulos de Cristo es ante todo: Sentir y disfrutar de esa llamada, porque aún cuando Él no cesa en su empeño en “llamarnos” a un encuentro personal con Él; no todos respondemos de igual manera. Es por ello que no todos nos sentimos “elegidos”, o afortunados. Con lo cual no podemos saborear, ni experimentar la dicha de “su amor”. Es por ello que si no gustamos y no saboreamos de lo que todo –esto- implica, será imposible “permanecer” en ese “amor”. El que ha elegido a los suyos, es El que les ha revelado su misión y está revelando el gran “trasfondo” del proyecto de salvación: el querer del Padre, el amor entre el Padre y el Hijo que ahora se comunica a los hombres. Como discípulos conocemos muy bien (o por lo menos debieramos conocer) su obra salvadora. A diferencia de muchos discípulos del pasado. Asimismo no olvidemos de los que en la actualidad se han encerrado en si mismos optando por no querer comprender el gran valor de la obra salvadora de Jesús.
Este conocimiento nos pide y nos pedirá opciones coherentes para no quedarnos en una pretensión vacía y estéril... “Permanecer” en el amor de Jesús y observar sus “mandamientos” es ante todo un descubrimiento que se traducirá y se hará patente según nuestra respuesta…
Oración final
Señor, te damos gracias por el amor con que nos has educado y nos sigues educando a nosotros “tus discípulos”. Bendito seas, Señor, vencedor del pecado y de la muerte, porque te has entregado totalmente, haciéndonos testigos de tu perfecta relación con el Padre. Tú nos has puesto esta relación delante y, es verdad que a veces, nosotros corremos el riesgo de no comprenderla, de olvidarla, y de muchas veces hasta de ignorarla... Nos has hablado de ella para que comprendiéramos ese gran amor que nos ha engendrado. Haz, Señor, que permanezcamos en ti como los sarmientos a la vid que los sostiene y nos alimenta y que por ello dan fruto. Danos, Señor, una mirada de fe y de esperanza que sepa pasar de las palabras, de los deseos a lo concreto de las obras (según tu voluntad). Tú que nos amaste hasta el extremo…, dándonos tu vida para que tuviéramos vida en ti. Tú que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos... Haz que así sea, Señor.
** “Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando…






…Preciosas palabras, llenas de ternura, de mucho amor, y de muchísima magia… Por ello, esta semana hemos elegido esta preciosa canción de Rosana, titulada “Magia”...


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Oración inicial








¡Señor, Tú eres! Y esto nos basta para vivir, para continuar esperando cada día, para caminar en este mundo, para no escoger el camino errado del aislamiento y de la soledad. Sí, Tú eres por siempre y desde siempre; eres y permaneces, ¡oh Jesús! Y este tu ser es un don continuo también para nosotros, es fruto siempre maduro, porque nos alimentamos y nos hacemos fuertes por Ti, de tu Presencia. Señor, abre nuestro corazón, abre nuestro ser a tu ser, ábrenos a la Vida con el poder misterioso de tu Palabra. Haznos escuchar, haznos comer y gustar este alimento del alma; ¡ve cómo nos es indispensable! Envía, ahora, el buen fruto de tu Espíritu para que realice en nosotros lo que leamos y meditemos sobre Ti.
Amén
Lectura Juan 15, 1-8
c) El texto:








1-3: "Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la palabra que os he dicho.






4-6: Permanece en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden.
7: Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis.
8: La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.

Palabra de Dios...
Para colocar el pasaje en su contexto:








Estos pocos versículos forman parte del gran discurso de Jesús a sus discípulos en el momento íntimo de la última cena y comienza con el versículo 3 del cap. 13 prolongándose hasta todo el cap. 17. Se trata de una unidad muy estrecha, profunda e indisoluble.  Estos versículos, están rebosantes de amor, de un amar hasta el extremo, hasta el final. Jesús ha decidido quedarse con nosotros y vivir a nuestro lado, hoy y siempre. En fuerza de este amor, como supremo y definitivo gesto de ternura infinita, que recoge en sí todo otro gesto de amor, el Señor deja a los suyos una presencia nueva, un modo nuevo de existir: a través de la parábola de la vid y de sus sarmientos y a través, del maravillosos verbo “PERMANECER”, repetido muchas veces, Jesús da comienzo a esta su historia nueva con cada uno de nosotros. El no puede quedarse junto a nosotros porque vuelve al Padre, pero permanece en nosotros.








Para ayudar en la lectura del pasaje:







vv. 1-3: Jesús se revela a sí mismo como verdadera vid, que produce buenos frutos. Nos revela a nosotros, sus discípulos, como sarmientos, que tienen necesidad de permanecer unidos a la vid para no morir y para llevar fruto. La poda, que realiza el Padre sobre los sarmientos a través de la espada de su Palabra, es una purificación, un gozo, un canto.
vv. 4-6: Jesús consigna a sus discípulos el secreto para que puedan continuar viviendo esta relación íntima con Él: “la de permanecer”. Como Él entra dentro de ellos y permanece en ellos y nunca más queda afuera, así también ellos deben permanecer en Él, dentro de Él; este es el único modo para ser plenamente consolados, para poder resistir en el camino de la vida y para poder dar el buen fruto, que es el amor.






v. 7: Jesús, una vez más, deja en el corazón de los suyos, el don de la oración, la perla preciosísima, única y nos explica que permaneciendo en Él, podremos aprender la verdadera oración, aquélla que pide el don del Espíritu Santo con insistencia y que sabe que ha de ser escuchada.

v. 8: Jesús nos llama una vez más a Él, nos pide que le sigamos, de hacernos y ser siempre sus discípulos. El permanecer hace nacer la misión, el don de la vida por el Padre y por los hermanos; si permanecemos verdaderamente en Jesús, permaneceremos también en medio de los hermanos, como don y como servicio.
Preguntémonos:








¿Como sarmiento, busco estar siempre más injertado en mi Vid, que es nuestro Señor Jesús?. ¿Bebo, en este momento, de su Palabra y de su savia buena?, ¿trato de penetrar más en profundidad para absorber el escondido alimento?. ¿Estoy atento a sus palabras, en las Escrituras y me dejo, así, purificar?.








El encuentro con Jesús, el Yo Soy








Este pasaje nos ofrece uno de los textos en el que aparece esta expresión tan fuerte, que el Señor nos envía para revelarse a sí mismo. Es muy bello porque en él la voz del Señor nos habla directamente de su esencia más profunda.
Cuando el Señor dice y repite hasta el infinito y de mil modos, de mil formas diversas "Yo Soy", no lo hace para anonadarnos o humillarnos, sino por la fuerza portentosa de su amor hacia nosotros, que nos quiere hacer partícipes y vivos de esta. Si dice "Yo Soy", es para decir también: "Tú Eres" y decirlo a cada uno de nosotros, a todo hijo suyo o hija suya que viene a este mundo. Es una transmisión fecunda e ininterrumpida de ser, de esencia y yo no quiero dejarla caer en el vacío, sino que quiero recogerla y acogerla dentro de mi. Sigo, pues, la huella luminosa del "Yo Soy" y trato de pararme a cada paso. "Yo soy tu escudo" (Gén 15, 1), "Yo soy el Dios de Abrahán tu padre" (Gén 24, 26). El santo Evangelio es una explosión de ser, de presencia, de salvación; lo recorro, sobre todo haciéndome guiar;  Jesús es el pan, la luz, la puerta, el pastor, la resurrección, el camino, la verdad, la vida, es el rey; y todo esto por mí, por nosotros y así quiero acogerlo, conocerlo, amarlo y quiero aprender, dentro de estas palabras, a decirle: ¡Señor, Tú eres! Y este "Tú" que da significado al mío yo, que hace de mi vida una relación, una comunión; sé con certeza que sólo aquí gozo yo plenamente y vivo por siempre…








La poda como purificación que da gozo








En este pasaje evangélico, el Señor me ofrece otro camino que recorrer detrás de Él y junto a Él: es un camino de purificación, de renovación, de resurrección y vida nueva: está oculto en la expresión "podar", pero puedo descubrirlo mejor, de iluminarlo gracias a su misma Palabra, que es la única maestra, la única guía segura. El texto usa el término "purificar", para indicar esta acción del viñador con la vid; cierto, queda claro que Él poda, y que nos hace sangrar, a veces; pero es más cierto todavía, que permanece su amor, que solamente penetra, cada vez más y así nos purifica, nos refina, Sí. Jesús realiza una purificación íntima, total, la del corazón y la conciencia, que cantaba Ezequiel: "Os purificaré de todos vuestros ídolos; os daré un corazón nuevo…
La poda es tiempo de canto, de gozo. Es mi corazón el que canta, delante y dentro de la Palabra, es mi alma la que se regocija, por la fe. Y permaneciendo así, en Él, también yo soy lavado, purificado con la pureza infinita de su vida. No para mí, no para permanecer sólo, sino para llevar mucho fruto, para dar hojas y frondas que no se marchitan, para ser sarmiento, junto a otros sarmientos, en la vida de Jesucristo.
Oración final
¡Señor, todavía tengo la luz de tu Palabra dentro de mí; toda la fuerza sanadora de tu voz resuena dentro de mi todavía! ¡Sé tú mi  Viña, mi savia; gracias Señor por ser mi morada en la cual puedo y deseo permanecer; gracias, mi fuerza en el obrar, en el cumplir cada cosa; gracias maestro mío! Tú me has llamado a ser sarmiento fecundo, a ser yo mismo fruto de tu amor por los hombres, a ser vino que alegre el corazón; ¡Señor, ayúdame a realizar esta tu Palabra bendita y verdadera! Solo así, seguro, viviré verdaderamente y seré como tú eres y permaneces.






No permitas Señor, que yo me equivoque de tal modo, que quiera permanecer en Ti, como sarmiento en su vid, sin los otros sarmientos, mis hermanos y hermanas; sería el fruto más amargo, más desagradable de todos. ¡Señor, no sé rezar: enséñame Tú y haz que mi oración más bella sea mi vida, transformada en un grano de uva, para el hambre y para la sed, para el gozo y compañía del que venga a la Vid, que eres Tú.

¡Gracias, Señor!
 *Esta semana escucharemos una canción de "El canto del loco", titulada "Contigo";porque en Él  en Jesús es donde queremos "PERMANECER"...
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Oración inicial








Oración inicial (para preparar el espíritu)
¡Oh Dios!, que has reunido pueblos diversos en la confesión de tu nombre; concede a los que han renacido en la fuente bautismal una misma fe en su espíritu y una misma caridad en su vida. Por nuestro Señor… Amén
Lectura
Del Evangelio según Lucas 24,35-48








Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.» Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. Pero él les dijo: «¿Por qué os turbáis? ¿Por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved, porque un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo.» Y, diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Como no acababan de creérselo a causa de la alegría y estaban asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?» Ellos le ofrecieron un trozo de pescado. Lo tomó y comió delante de ellos. Después les dijo: «Éstas son aquellas palabras mías que os dije cuando todavía estaba con vosotros: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí.» Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras y les dijo: «Así está escrito: que el Cristo debía padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día y que se predicaría en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas
Palabra de Dios
Comentario
En esta 3ª semana de Pascua y una vez más se centra nuestro mayor interés; en las apariciones de Jesús a sus apóstoles. Las Escrituras nos muestran las diversas apariciones que Cristo tuvo ante sus apóstoles. Cada una engendra una enseñanza distinta. La de hoy se centra principalmente en decir a sus discípulos que todo lo sucedido tenía que pasar, y enviarlos en una misión.
Los discípulos de Emaús se presentan a contar a los demás su experiencia con el Resucitado. Y dice el texto que mientras estaban allí se les presentó Jesús en medio de ellos. Su saludo es el de la paz: "La paz está con ustedes.". Es el mismo saludo que ofrecemos y nos damos como hermanos en la Eucaristía. Cristo nos desea la paz cada vez que compartimos su pan. La paz de Cristo es “distinta” no es la paz que nosotros buscamos en el mundo. Es una paz que emana del interior. Es una paz espiritual.
Y en la Escritura, la paz siempre se invoca para calmar a la gente de sus miedos (véase Gen. 43:32, Jueces 6:23, 1Samuel 25:6, 1Crónicas 12:18, Gálatas 6:16). El mundo busca la paz que se opone a la violencia, porque muchas veces no conoce nada más. No obstante, buscar la paz que nos da Jesucristo es mucho más importante. Cristo nos da la paz porque nos promete estar siempre con nosotros, no importa en la situación que nos encontremos. Nos da la paz porque provee para nuestras necesidades (la multiplicación de los panes), porque es omnipotente (Mt 28:18). Por eso su paz es distinta. Los apóstoles recibieron la gracia inconfundible de que Él en persona se la comunicó.
A continuación los saca de sus dudas... Les dice que un espíritu no tiene carne y huesos como Él tiene. La resurrección de Cristo fue real. No fue en espíritu, como pretenden decirnos algunas personas confundidas. Para verificar aún más, les pide de comer y come con ellos. ¿Puede comer un espíritu?
Y sigue sacándolos de sus dudas cuando aclara nuevamente todo lo referente a Él en las escrituras. Dice el texto que les abrió el entendimiento para que comprendieran las profecías. Algo que muchas veces no hacemos es pedir a Dios luz para nuestra mente… No le pedimos que nos abra a la comprensión de sus misterios. El propio Cristo lo hará si se lo pedimos con fe en la oración. Basta ver cómo la gente le pedía fe y Él siempre concedía lo que la gente anhelaba...
Preguntémonos: ¿Por qué siempre creo; que lo sé todo y no busco la ayuda de Dios en mis problemas? ¿Pienso que Dios no sabe lo que me preocupa, y doy por hecho que no me puede ayudar? … Reconozcamos, pidamos, y busquemos esa ayuda con humildad, sin esconder nuestra debilidad, ante Dios…
Finalmente les dice que los hace parte de la redención del mundo, por su misión de predicar la Buena Nueva a todas las naciones, para que se les perdonen sus pecados. Nuestra misión, como la de los apóstoles, es dar a conocer a Cristo, su palabra, su obra. Es considerar sagrado lo que él consideró sagrado, el servicio a los demás. Es humillarnos, cuando sea preciso, por hacer presente aquí y ahora “el Reino de Dios”...
…Que el Dios que nos trajo la salvación nos conceda la gracia inmensa de SU PAZ…
Súplica
Señor: Danos tu paz, danos la paz del alma que nos has traído.






Sólo Tú, Señor, sólo Tú puedes dar al mundo y a nuestros corazones la verdadera paz.

Esa paz a la que aspiramos hombres y mujeres de todos los tiempos.






Pero, Señor, si Tú nos traes la paz... ¿cómo es posible entonces que la espiral del odio y la violencia se ciernan sobre tantas familias?

¿Por qué entonces el ensordecedor tumulto de los disparos, los ríos de sangre derramada, y en consecuencia la multitud de huérfanos y viudas en muchos rincones del mundo...?






¿Cómo es posible, Señor, que tantas y tantas personas mueran cada día, víctimas de un odio y de una sed de venganza que parecen no tener fin?
 
No permitas, Señor, que la guerra nos sea indiferente. No permitas jamás que los hombres nos hagamos fríos al sufrimiento de tantos hermanos nuestros. No permitas que nos acostumbremos a la guerra, al odio y la violencia.
Señor sabemos que La paz que anhelamos no es sólo; una paz que debemos implorar, y suplicarte por medio de la oración humilde, constante y confiada…  también es una paz ¡¡PARA CONSTRUIR!!. Una paz que debemos buscar día tras día, que debemos edificar (cada uno de nosotros) sobre la justicia y el perdón...
Concédenos, Señor, a todos los cristianos, a todos los hombres de buena voluntad, ser verdaderos instrumentos de tu paz, apóstoles de la caridad, promotores de la comunión. Concédenos ser, en el corazón del mundo, fermento del amor fraterno y de unidad…

¡¡Que se acallen las armas!!, y que todos los hombres nos reconozcamos como hermanos, como una misma familia y cese entre nosotros las guerras, las discriminaciones, indiferencias, injusticias...
Te pedimos que así sea Señor…
*Esta semana escucharemos una preciosa y consoladora canción; titulada “Sin miedo a nada”. Como muy bien dice el salmo 26:
El Señor es mi luz y mi salvación,






¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar…

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Oración de elevación
(para preparar el espíritu)








¡Oh profundidad de la esencia y presencia de mi Dios!
Tú eres mi descanso total, sólo en TI siento paz, TÚ eres mi fortaleza,
TÚ eres mi seguridad, TÚ eres mi paciencia, TÚ eres... grande y admirable Señor...
Amén... 







Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.


Texto: Juan 10, 11-18

11 Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. 12 Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, 13 porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, 15 como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. 17 Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. 18 Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre.»

Palabra de Dios.

Lectura

Clave de lectura:

El evangelio de este Cuarto Domingo de Pascua nos trae la parábola del Buen Pastor. Por esto, a veces, es llamado, Domingo del Buen Pastor. En algunas parroquias se celebra la fiesta del párroco, pastor del rebaño. En el evangelio de hoy, Jesús se presenta como el Buen Pastor que ha venido “para que todos tengan vida y vida en abundancia” (Jn 10,10). En aquel tiempo, el pastor era la imagen del “leader”. Jesús dice que muchos se presentaban como pastores, pero eran en realidad “ladrones y salteadores”. Hoy sucede la misma cosa. Hay personas que se presentan como líderes, pero en realidad, en vez de servir, buscan sus propios intereses. Algunos de ellos tienen un modo de hablar tan suave y hacen una propaganda tan inteligente que consiguen engañar y atraer a la gente…

Contexto:

El discurso de Jesús sobre el Buen Pastor (Jn 10,1-18) es como un ladrillo puesto en una pared ya preparada. Con este ladrillo la pared es más bella y fuerte. Inmediatamente antes, en Jn 9,40-41, el evangelio hablaba de la curación de un ciego de nacimiento (Jn 9,1-38)) y de la discusión de Jesús con los fariseos sobre la ceguera (Jn 9, 39-41) Inmediatamente después, en Jn 10, 19-21, Juan coloca la conclusión de la discusión de Jesús con los fariseos sobre la ceguera. Los fariseos se presentaban al pueblo en calidad de líderes y pensaban que estaban en grado de poder discernir y enseñar las cosas de Dios. En realidad, ellos eran ciegos (Jn 9,40-41) y despreciaban la opinión de la gente representada por el ciego del nacimiento que había sido curado por Jesús (Jn 9,34). El discurso del Buen Pastor ha sido introducido aquí con el fin de ofrecer algunos criterios para saber discernir quién es el líder, el pastor que merece crédito. La parábola realiza una palabra que Jesús apenas había dicho a los fariseos: “Jesús dijo entonces: «Yo he venido a este mundo para juzgar, para que aquéllos que no ven vean y aquéllos que ven se vuelvan ciegos” (Jn 9,39)

El discurso de Jesús sobre el “Buen Pastor” presenta tres comparaciones, ligadas entre sí por la imagen de las ovejas, que ofrecen criterios para discernir quién es el verdadero pastor:








1ª comparación (Jn 10,1-5) : “Entrar por la puerta”. Jesús distingue entre el pastor de las ovejas y aquel que asalta para robar. Aquello que revela quién es el pastor es el hecho de que él entra por la puerta. El salteador por otra parte.
2ª comparación (Jn 10,6-10): “Yo soy la puerta”. Entrar por la puerta significa obrar como Jesús, cuya preocupación mayor es la vida en abundancia de las ovejas. Aquello que revela al pastor es la defensa de la vida de las ovejas
3ª comparación (Jn 10,11-18) : “Yo soy el buen pastor”. Jesús no es sencillamente un pastor. Él es el Buen Pastor. Aquello que revela quién es el Buen Pastor es (1) el conocimiento recíproco entre la oveja y el pastor y (2) dar la vida por las ovejas.



¿En qué modo la parábola del Buen Pastor puede quitar la ceguera y abrir los ojos de las personas? En aquel tiempo, la imagen del pastor era el símbolo del líder. Pero no por el simple hecho de que alguien se ocupe de las ovejas puede éste ser definido como pastor. También los mercenarios cuentan. Los fariseos eran personas líderes. ¿Pero eran también pastores? Como veremos, según la parábola, para discernir quien es pastor y quién es mercenario, es necesario atender a dos cosas: (a) A la conducta de las ovejas frente al pastor que las conduce, para ver si reconocen su voz. (b) A la conducta del Pastor ante las ovejas para ver si su interés es la vida de las ovejas y si es capaz de dar la vida por ellos (Jn 10,11-18).

El texto del evangelio de este cuarto domingo de de Pascua (Jn 10,11-18) es la última parte del discurso del Buen Pastor (Jn 10, 1-18). Por esto queremos comentar todo el texto. Observemos de cerca las diversas imágenes de las que Jesús se sirve para presentarse a nosotros como el verdadero y buen pastor.

Comentario del texto:

Jn 10,1-5: 1ª Imagen: El pastor “entra por la puerta”.









Jesús comienza el discurso con una comparación sobre la puerta: “Quien no entra por la puerta, sino que sube por otra parte es un ladrón y salteador. Quien por el contrario entra por la puerta es el pastor de las ovejas”. Para entender esta comparación, es bueno recordar lo que sigue. En aquel tiempo, los pastores cuidaban al rebaño durante el día. Llegada la noche, ellos llevaban a las ovejas a un gran recinto comunitario, bien protegido de ladrones y lobos. Todos los pastores de una misma región llevaban allí a sus rebaños. Un guardián se ocupaba de ellas durante la noche. Al día siguiente, muy de mañana, llegaba el pastor, batía las manos sobre la puerta y el guardián abría. Las ovejas reconocían la voz de su pastor, se levantaban y salían detrás de él a pastar. Las ovejas de los otros pastores oían la voz pero no se movían, porque para ellas era una voz desconocida. La oveja reconoce la voz de su pastor. De vez en cuando aparecía el peligro de un asalto. Para robar las ovejas, los ladrones no se presentaban al guardián de la puerta, sino que entraban por otro lado o destruían el recinto, hecho de piedra una sobre otra.

Jn 10,6-10: 2ª Imagen: explica qué significa “entrar por la puerta”. Jesús es la puerta.








Aquellos que escuchaban a Jesús, los fariseos (cf Jn 9,40-41), no entendieron la comparación. Entonces Jesús explicó: “Yo soy la puerta de las ovejas. Todos aquellos que han venido antes que yo, son ladrones y salteadores”. ¿De quién o quiénes está hablando Jesús con esta frase tan dura? Probablemente se está refiriendo a líderes religiosos que arrastraban a la gente detrás de ellos, pero que no respondían a la esperanza de la gente. Engañaban a la gente, dejándolas peor que antes. No les interesaba el bien de la gente, sino el propio interés y el propio bolsillo. Jesús explica que el criterio fundamental para discernir quién es el pastor y quién es el asaltante es la preocupación por la vida de las ovejas. Pide a la gente que no sigan a aquél que se presenta en calidad de pastor, pero no desea la vida de la gente. Es aquí donde Jesús pronunció aquella frase que se canta aun en nuestros días: “He venido para que tengan vid y vida en abundancia”. Este es el primer criterio.

Jn 10,11-16: 3ª imagen: explica que significa “he venido para que tengan vida en abundancia” (Aquí empieza el texto de esta semana cuarta de Pascua).

Jn 10,11: Jesús se presenta como el Buen Pastor que da su vida por las ovejasJesús cambia la comparación. Antes, Él era la puerta de las ovejas. Ahora dice que es el pastor de las ovejas. Y no un pastor cualquiera, sino: “¡Yo soy el buen pastor!”. La imagen del buen pastor viene del Viejo Testamento. Diciendo que es un Buen Pastor, Jesús se presenta como aquél que viene a cumplir las promesas de los profetas y las esperanzas de la gente. Insiste sobre dos puntos: (a) la defensa de la vida de las ovejas; el buen pastor da su vida (Jn 10,11.15.17.18); (b) en la recíproca comprensión entre las ovejas y el pastor; el pastor conoce a sus ovejas y ellas conocen al pastor. (Jn 10,4.14.16)

Oración final

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos.
Amén.
*Esta semana escucharemos el último éxito del grupo “Juanes”, titulada “La Señal...”, pues para que veamos y estemos atentos a la verdadera señal, que nos conduce hasta el único, verdadero y “buen pastor”…

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Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-31):







Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: -«Paz a vosotros.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: -«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.» Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: -«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: -«Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: -«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo. » A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: -«Paz a vosotros.» Luego dijo a Tomás: -«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.» Contestó Tomás: -«¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: -«¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.» Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis Y da en su nombre.








Palabra de Dios








Contexto
En el capítulo 20 del Evangelio de San Juan, básicamente está dedicado a la resurrección de Jesús. 
Después de la primera aparición de Jesús resucitado a una mujer llamada María Magdalena, sucede una nueva aparición a los discípulos reunidos en grupo, estando con ellos Tomás. Este apóstol es el que había dicho anteriormente: “Vayamos también nosotros a morir con él” (Jn 11,16). Después de la crucifixión se había separado de la comunidad y había perdido la fe. Jesús sale a buscarlo, como en la parábola de la oveja perdida.
El evangelio de hoy toma las dos últimas narraciones. El último relato nos muestra que la fe, aunque es personal, no es individual sino comunitaria y eclesial; se nos da en la comunidad de Jesús, que es la Iglesia. No nace de los milagros o de la visión ocular, sino del don de Dios, que se nos revela.
Comentario
¿Qué era la paz, el shalom para un judío? Era el buen saludo, el buen deseo. La paz que Jesús da no se traduce sólo en una ausencia de riñas. Es un bienestar general. Es anchura y plenitud de espíritu. Es una situación plena. Es poder decir desde dentro: Soy feliz.
Esta es la comunicación de Jesús, a la que le da la máxima importancia, porque quiere que acojamos en nuestra vida esta paz profunda, para que estemos a gusto con nosotros y con los demás y demos gloria a Dios. Esta es la felicidad que Jesús nos quiere transmitir, felicidad que abarca la plenitud de nuestro ser.
El que acepta la paz, la felicidad interior que da Jesús, se siente impulsado a transmitir eso mismo a otros... Se convierte en una necesidad… Es algo que no se puede poseer en exclusiva. Porque igual que se contagia la tristeza y el pesimismo, así también se transmite la alegría y la dicha profunda…
No podemos reducir el perdón a la función sacramental. Todos nosotros estamos llamados a vivir en el perdón y a darlo en nuestro vivir diario. Jesús nos invita a comunicar vida y libertad. Y esto está dirigido a todos. Todos somos ahora la presencia viva de Jesús. Él quiere llegar por medio de nosotros a nuestros hijos, familiares, amigos y hasta los desconocidos.
El texto aborda también una escena en la que se refleja una cierta dificultad. Y ocurre con Tomás, él era uno de los Doce. No creía. No estaba con los demás en la Comunidad. Los otros le decían: “Hemos visto al Señor”, pero él seguía sin creer.
La Dificultad de creer sin ver…
Esas mismas dificultades siguen existiendo hoy…, porque si alguien nos pregunta: ¿de quién eres seguidor? Y si contestamos: “De un crucificado”, nos podrán contestar de todo…
Ya los primeros cristianos se preguntaban: ¿Se puede mostrar Dios en un condenado a muerte?
Dios estaba con Jesús cuando su compromiso por los marginados de este mundo lo llevó a morir ajusticiado. Dios está en la debilidad, en la pobreza. Esta es puramente la lógica de Dios. Y realmente es precioso y significativo que sea así…
“Al anochecer, el primer día de la semana”, es decir, en domingo, cuando están reunidos para la Fracción del Pan, tiene lugar el encuentro con Jesús Resucitado. Como nosotros, que podemos tener experiencia de Jesús en nuestra Eucaristía, a través de la Palabra y del Sacramento… Y así es como sentimos la presencia de Jesús, su paz, su alegría, su cercanía, su amor...
Tomás supera las dificultades en la Comunidad, por el testimonio de los demás, porque se pone a tiro de recibir el don del Espíritu. También a él se le calienta el corazón al saber que está en presencia de Jesús y es ahí; en ese preciso momento que siente esa paz, esa alegría, ese amor de Jesús…. Al final se rinde y exclama un rotundo: ¡Señor mío y Dios mío!
Súplica
Señor Jesús, auméntanos la fe, la esperanza y el amor.
Danos una fe fuerte y firme, llena de confianza.
Te pedimos la humildad de creer sin ver,
de esperar contra toda esperanza
y de amar sin medida, con un corazón grande.
Como dijiste al apóstol Tomás, queremos, aún sin ver,
rendir nuestro juicio y abrazarnos con firmeza a tu palabra
y al magisterio de la Iglesia que has instituido,
para que tu Pueblo permanezca en la verdad...








Amén








*Esta semana escucharemos una canción llena de optimismo y de mucha energía, titulada: “Celebra la Vida” e interpretada por Axel. Porque queremos seguir celebrando, hoy y siempre, esa NUEVA VIDA en Cristo. En nuestro Jesús RESUCITADO Y GLORIOSO…

¡¡CELEBRA LA VIDA!!

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Evangelio según San Juan 20, 1-9








1 Y EL primer día de la semana, María Magdalena vino de mañana, siendo aún obscuro, al sepulcro; y vió la piedra quitada del sepulcro. 2 Entonces corrió, y vino á Simón Pedro, y al otro discípulo, al cual amaba Jesús, y les dice: Han llevado al Señor del sepulcro, y no sabemos dónde le han puesto. 3 Y salió Pedro, y el otro discípulo, y vinieron al sepulcro. 4 Y corrían los dos juntos; mas el otro discípulo corrió más presto que Pedro, y llegó primero al sepulcro. 5 Y bajándose á mirar, vió los lienzos echados; mas no entró. 6 Llegó luego Simón Pedro siguiéndole, y entró en el sepulcro, y vió los lienzos echados, 7 Y el sudario, que había estado sobre su cabeza, no puesto con los lienzos, sino envuelto en un lugar aparte. 8 Y entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro, y vió, y creyó. 9 Porque aun no sabían la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos.








Palabra de Dios








Reflexión:
Miremos a Jesús: Vivo, Real 
María Magdalena va al sepulcro. No encuentra a Jesús entre los muertos. Corre donde Simón Pedro y Juan para comunicarles la desaparición. Ellos a su vez. Encuentran el sudario y las vendas aparte.  Sus ojos (los de la fe) se abren y descubren que El está vivo (Jn. 20,1-9).
Este es el mensaje de los primeros cristianos “la fe en la vida...” Ese Jesús a quienes crucificaron las autoridades civiles y religiosas de aquella época, ha vencido la MUERTE:
¡¡Está VIVO!! ¡¡No está muerto!! ¡¡Ha vuelto a la vida!!
Esta es nuestra fe en Cristo, El Señor de la VIDA... Y Este es justamente el anuncio del mensaje apostólico: somos testigos de la resurrección…
A partir de esta experiencia se comprende la historia de la salvación, las Sagradas Escrituras que comprenden lo antiguo y lo nuevo.
Esta es nuestra misión anunciar a Cristo, igual que lo hizo María Magdalena...
Pero, anunciarlo CON UNA FE ADULTA, con unos ojos que creen totalmente en lo que han visto…
“Nosotros que hemos comido y bebido con él, después de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivo y muertos” (Hch.10,34.37-43)
Ese es El núcleo y el sentido de nuestra fe…, es la proclamación de que:
¡¡Jesús ha muerto y ha resucitado!!
Y nosotros, como creyentes, hemos resucitado con Él. Por eso busquemos “los bienes de arriba, donde está Cristo”(Col 3,1-4). Es la invitación de Pablo de buscar los valores que Jesús proclamó y vivió en la historia: el amor a todos, la justicia, la solidaridad, la verdad…
Estamos llamados a vivir esa “vida escondida en Cristo”
Una nueva espiritualidad que de sentido profundo de AMOR y de RESPETO por la VERDADERA VIDA
No actuar o seguir el ritual de lo que impone este mundo…, la imposición por el egoísmo, y de todo aquello que hace crecer nuestro “ego”, dejando en un segundo plano a nuestros hermanos...  En definitiva unos sistemas de vida y modas contrarios al Evangelio de la vida.
Un reto que ya vivieron las primeras comunidades cristianas, ellos pasaron por todo un proceso de lucha, de comprensión y de aceptación de la fe.
Hoy los cristianos tenemos que vivir la fe en el resucitado: amando la vida y defendiéndola en todo su proceso, respetando y haciendo respetar los derechos humanos, trabajando por crear un mundo mejor…
Creer en Cristo RESUCITADO es anunciar que:
¡¡La vida es posible vivirla en libertad y en verdad!! 
Movidos por la fe en Cristo, pero CRISTO VIVO y presente en la realidad cotidiana, es donde podemos comunicar alegría y vida a los demás...
Tengamos ánimo y el Señor nos dará su fuerza para que seamos testigos de la vida, del amor y la verdad.
En nuestras manos está el construir la justicia y la paz…, porque un mundo mejor… ES POSIBLE
Oración
Señor de LA VIDA, sé nuestra fuerza, nuestra vida.






Señor resucitado, danos la alegría de vivir.
Señor resucitado, ábrenos a la inteligencia de las Escrituras.
Señor resucitado, enséñanos a caminar como hermanos a tu encuentro.
Señor resucitado, haz de nosotros una comunidad en marcha,

una comunidad viva y de vida.
Señor resucitado, pon calor en nuestros corazones.






Señor resucitado, pon claridad en nuestros ojos de creyentes.
Señor resucitado, pon humildad en nuestra vida entera para reconocerte VIVO.
Señor resucitado, pon espíritu en nuestra alma para llegar a la santidad…

Amén.
“Supe que me amabas…”
Esta semana escucharemos una preciosa canción de Marcela Gandara, titulada “Supe que me amabas”, y es que en el mismo momento en que levantamos la mirada y VEMOS a Jesús, es cuando descubrimos el paso de sus huellas en nuestra vida...
…y entendemos que  Él siempre ha estado ¡ES REAL… !!
y sucede entonces que comprendemos, y como muy bien dice esta canción que; Él siempre ha buscado más de cada uno de nosotros…”
…y ¡ya en ese preciso momento!... Es imposible NO AMARLO…
Súplica
Señor…
Perdóname por ese tiempo en el que no te sentí, ni te vi…
Perdóname por ese tiempo en el que, lejos de ti, me seguiste cuidando…
Perdóname por ese tiempo en el que me esperaste, y yo..., no llegaba…
Perdóname por ese tiempo en el que huí de ti…
Y te doy Gracias Señor…
Por NO desistir nunca de mi,  y atraerme, cada día,  más a ti…
Mil Gracias Señor porque, en mis largos silencios, nunca dejaste de susurrarme…
…Y Gracias Señor por simplemente… Buscar más de mí…
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...Obedeciendo hasta la muerte y Muerte de Cruz...
Filipenses 2,6-11
El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios.
Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz.
Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre.
Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SENOR para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios
Reflexión
En esta carta a los Filipenses podemos decir que; Pablo utiliza un tono particularmente íntimo y familiar. En ella agradece la atención y la ayuda recibida, tanto moral como material, mientras estuvo prisionero. Asimismo, aprovecha para comunicarles algunos temas personales. Pero, si bien, cabe destacar el himno 2,6-11, que se detalla en este pasaje, para conocer el pensamiento de Pablo.
Este hermoso himno de Pablo, o por lo menos así queda demostrado en esta carta, en la que hace como suyo; recoge de una manera muy armónica las tres etapas que identifican la vida de Jesús. Justamente, las tres partes en que dividimos este pasaje.
1ª) ¡Cristo, de naturaleza divina, tomó la condición de esclavo!
Tomó la forma de esclavo, pasando por uno de tantos… Así contemplaban a Jesús en el momento de hacerse realmente hombre como nosotros, menos en el pecado. Es necesario igualmente contemplar el contexto en que aparece esta definición: donde su tema central es la vida de la comunidad que está pasando por momentos muy delicados y difíciles. Así este himno resulta elocuente y directo; Pablo pretende salir al paso de las dificultades que encuentra en una comunidad, entrañable para él. Y poder así llevar a cabo; su programa de unidad, en un generoso servicio. En definitiva tratar de que su tarea evangelizadora prosperara en medio del mundo hostil en el que se encontraba.
Por tanto, Pablo recurre a este himno, para reorientar la vida de la comunidad. Jesús es realmente Dios, pero al hacerse hombre asumió todas las consecuencias. Esta mensaje sigue palpitante y se sigue haciendo necesario escucharlo hoy: es necesario estar en camino siempre de mi a mi hermano como Jesús lo estuvo desde el seno de su Padre a la humanidad, aceptando las limitaciones y errores, de ésta para conducirla a la vida, a la paz, y a la verdadera felicidad.
Y no nos referimos a unas palabras, o un mensaje, para una placentera meditación (o idílica); son palabras que si escuchamos atentamente, calan de una manera profunda. Traspasan cualquier corazón, llevándonos a un planteamiento personal, es decir a cuestionarnos muchas cosas…

2ª) ¡Hasta el vaciamiento total: la muerte en cruz!  
Actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de Cruz... Es necesario recordar en este momento que de todos los acontecimientos de la vida de Jesús; el relato de la muerte es el más firme y que ha resistido la embestida de todas las críticas, y la superación de todo frente abierto. No estamos ante una historia inventada sino ante una historia real en sus rasgos fundamentales. Este fue el destino de Jesús por la coincidencia de una conjunción misteriosa del proyecto de Dios y del comportamiento de los hombres.







La Cruz de Jesús se convierte así en un potente imán que atrae a toda la humanidad hacia sí: cuando sea levantado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí… (Juan 12 20-33). Nuestro mundo necesita un encuentro más directo, más profundo y abierto con el mensaje de la Cruz, aunque en primera instancia pueda producir el rechazo. La Cruz está presente en la vida diaria de todos, por tanto es necesario encontrar su sentido, es decir, buscar la expresión del amor de un Dios fiel y que no nos defrauda en sus promesas…
3ª) ¡Por eso Dios lo levantó sobre todo!
Por eso Dios lo levantó sobre todo... y toda lengua proclame: ¡Jesucristo es Señor! para gloria de Dios Padre. La Cruz no es el final, es el camino. Jesús decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y que me siga (Lc 9,23). Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplen mi gloria (Jn 17,24). Por eso Dios lo levantó y exaltó. La raíz más profunda de este proyecto es un amor entendido en su más pura realidad. El amor es eterno, es integral e integrador, porque Dios es Amor (1Jn 4,8). El amor es LA FUENTE DE LA VIDA Y DE LA FELICIDAD. Por eso no podía truncarse en la Cruz. ¡¡DIOS ES ASÍ!!. Tenemos la gran dicha de encontrarnos con este regalo absolutamente gratuito por parte de Dios.
¡¡Renovemos este encuentro real ante Jesús en la cruz!!
Hoy, y siempre, necesitamos renovar este encuentro real ante Jesús en la cruz. Debemos vivir esta hermosa experiencia, hacer nuestros; el dolor, la agonía y la pasión de nuestro Señor Jesús en la Cruz. Y aunque, sepamos que Él está en la Gloria ya para siempre, aprovechemos este tiempo, y celebremos como si estuviéramos presenciando esta realidad, ¡¡AQUÍ Y AHORA!!… Hacer precisamente esta realidad NUESTRA; viva en el sacramento festivo de la Pascua que se perpetúa para siempre.







Se dice que; La sabiduría de la Cruz no se adquiere con grandes esfuerzos, sino en el encuentro con ella, en su acogida en una fe personal y madura, en el deseo de vivir nuestra propia experiencia, en humildad y perseverancia.







Todos somos invitados a vivir y experimentar; estas maravillas del amor de Dios que tienen como meta la gloria feliz para todos y para siempre.
¡Que suerte ser CRISTIAN@! Y poder revivir este misterio en el tiempo de Pascua…
Ojalá podamos acercarnos a la Cruz de Jesús, o a Jesús en la Cruz, concibiendo que es la máxima expresión acabada y suprema del AMOR con mayúscula
Esta semana compartiremos una preciosa canción de Lilly Goodman, titulada “Sin dolor no hay ganador...”¿cuántas veces sentimos que las fuerzas se nos acaban? Sabemos que para llegar a esa meta final, debemos de esforzarnos…, porque sin dolor no hay ganador…
NO NOS RINDAMOS PORQUE ¡¡Jesús NO LO HIZO!! ni, tan siquiera, en el último momento de su agonizante muerte…








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Evangelio según San Juan 12:20-33







En aquel tiempo había allí, en medio de la gente, varios griegos que habían subido a Jerusalén para adorar a Dios en esta fiesta. Se acercaron a Felipe, que era de Betsaida, en Galilea, para pedirle un favor: “Señor, queremos ver a Jesús”. Felipe habló con Andrés, y los dos fueron donde Jesús para decírselo. Por toda respuesta Jesús declaró: “Ha llegado la hora en que el Hijo del Hombre va a entrar a su gloria. En verdad os digo si el grano de trigo no cae en tierra y no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida la destruye, y el que desprecia su vida en este mundo la conserva para la vida eterna. El que quiere servirme, que me siga, y donde yo esté, allí estará el que me sirve. Si alguien me sirve, mi Padre le dará honor. Me siento turbado ahora. ¿Diré acaso: Padre, líbrame de esta hora? Pero no. Pues precisamente llegué a esta hora para enfrentar esta angustia. Padre, ¡da gloria a tu nombre!”
Entonces se oyó una voz que venía del cielo: “Yo lo he glorificado y lo volveré a glorificar”. Algunos de los que estaban allí y que escucharon la voz, decían: “Fue un trueno”; otros decían: “Le ha hablado un ángel”. Entonces Jesús hizo esta declaración: “Esa voz no fue por mí, sino por ustedes. Ahora es el juicio del mundo: ahora el amo* de este mundo va a ser expulsado. Y cuando Yo haya sido levantado de la tierra, atraeré a todos a mí”. Jesús daba a entender así de qué modo iba a morir...)
Palabra de Dios
Reflexión:
Situamos este pasaje del Evangelio entre dos contextos muy diferenciados entre sí. El primero relata La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, aclamado entre gritos y bendiciones, por aquellos que lo reconocían públicamente como el rey de Israel. Y el segundo expone el oráculo ya profetizado, en su día, por el profeta Isaías, en cuanto a; la incredulidad de los judíos.
En la primera parte de este texto del evangelio se muestra una realidad cambiante en la labor evangelizadora. Y es el hecho de esa apertura de “la buena noticia” al mundo griego, la difusión más allá de las fronteras judías. Este hecho, y si nos situamos en el marco histórico de la vida terrena de Jesús, se debe a que hay un cambio de movimiento en sus protagonistas, y se traduce en que son los griegos los que se sienten motivados y suben a Jerusalén para ver a Jesús. Pero, en realidad fue Jesús, y a través de los evangelizadores o ministros de su palabra, los que consiguen llegar hasta los griegos. Los griegos, “los no judíos”, habían visto a Jesús, y se habían adherido a él mediante la aceptación de la nueva fe.
En esta apertura del evangelio al mundo gentil, juegan un papel relevante: Felipe y Andrés. Se cree que Felipe y Andrés son mencionados en este relato, porque son los instrumentos de la evangelización del mundo griego. Notemos que en el evangelio de Juan estos dos apóstoles aparecen, también juntos, en el relato de la multiplicación de los panes. Son ellos los que darán "el pan de vida" a los no judíos.
El fragmento está entrelazado por una serie de tesis… Muy característico del evangelista San Juan. Su conclusión en la enseñanza sobre el grano de trigo tiene, en él, un sentido cristológico: Jesús, debe pasar por la muerte para que su obra sea eficaz, lo mismo que el grano de trigo... Tenemos la misma metáfora en 1 Cor 15 36, donde tiene también un sentido muy cristiano; la vida a través de la muerte. En los sinópticos el grano de trigo es utilizado para designar la semilla del reino (Mc 4 3-8. 26-29).
El proverbio sobre el "amar la vida y perderla" (Jn 12 25) tiene múltiples semejanzas con el mundo sinóptico (Mc 8 35; Lc 9 34). En él se refiere igualmente al sufrimiento de los discípulos. San Juan lo aplica, por supuesto y en primer lugar, a los sufrimientos del Hijo del hombre y, en segundo lugar, a los seguidores de Cristo (Jn 15 18-21).
También es claro el proverbio sobre "el servicio, el servir, y el hecho de seguirle..." (Jn 12 26; véase Mc 8 34 s), en él se pretende completar y explicar lo afirmado en el versículo anterior sobre "amar la vida y perderla". Porque El servidor de Jesús, el creyente, en ese deseo de seguirle incondicionalmente “deja de amarse a sí mismo”….
La hora de la muerte de Jesucristo ya es inminente…
En esta segunda parte de este pasaje evangélico; El mismo Jesús revela “turbado” y con cierta angustia “su final”. El momento de su muerte está ya en marcha. Se acerca ya la hora tantas veces anunciada, así esta relatada en el Evangelio de San Juan (Jn 2:4; 7:30; 8:20; 13:1; 17:1).
Pero esta hora es “la hora en que el Hijo del hombre será glorificado.” San Juan, destaca la muerte de Jesucristo como un triunfo: no sólo victoria sobre el pecado, sino un paso necesario (la pascua), al Padre (Jn 13:1) y el ingreso de su humanidad en la plenitud de sus derechos divinos (Jn 17:1b.5.24).
Este fragmento del Evangelio, (Jn 12, 20-33), nos ilustra este triunfo, es la comparación parabólica con el grano de trigo. Si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda sólo; pero si muere, da mucho fruto. Lo que Cristo enseña con esta semejanza es la riqueza del fruto (Jn 11:52) de su muerte.
Así es, como en esta ocasión, Jesús por medio de esta metáfora, nos anuncia su glorificación por su propia muerte por medio de la comparación con el grano de trigo, con lo cual nos hace ver que su muerte no será un fracaso, al contrario será lo que nos permitirá una vida nueva.
Vivir “otra vida”
Este texto del Evangelio  revela el verdadero secreto del camino a la auténtica felicidad... En él se nos revela cómo podemos vivir con Jesús “otra” vida, desde aquí abajo y para siempre. Nos revela como escapar a la muerte pero, no -a la muerte física, puesto que sabemos que es una etapa más de la vida - sino a la verdadera muerte: la muerte interior, la que mata definitivamente.
Y es que realmente Jesús fue todo un HÉROE. Y lo que le sucedió a Jesús, sigue ocurriendo (en menor medida por supuesto) con hombres comprometidos, hombres que se entregan por unas sanas convicciones, y luchan por la justa justicia. Y es que ciertamente Cristo molestaba, incomodaba, y porque no decirlo “fastidiaba” a muchos hombres de su tiempo. Él simplemente era AUTÉNTICO... Y lo cambiaba, lo trastocaba todo… Tal vez, por eso se le espiaba, se le perseguía, y se le buscaba algún motivo para arrestarlo y cometer COBARDEMENTE, todas las barbaridades que se cometieron con ÉL…
Aún así, aquellos hombres que INJUSTAMENTE lo masacraron, no lograron “quitar” la vida a Jesús. Porque aún cuando estaba clavado en la cruz JESÚS ERA VERDADERAMENTE LIBRE...
Es el hombre el que introduce la muerte y ahoga la propia libertad, esa es la verdadera muerte en el mundo. Y es que el hombre es el verdadero asesino de la vida, de su propia vida. Es a lo que llamamos pecado y, que arrastra consigo nuestra muerte interior. Es así como nos colocamos fuera de la corriente de la vida, porque no la damos ya, ni tan siquiera la recibimos.
El único medio infalible, para escapar de la muerte: ES EL AMOR. Justamente amar es no guardar la vida para sí mismo, sino darla, entregarla... Porque amo, doy un poco de mi tiempo, de mi ternura, de mi vida... Amar es siempre dar la vida al otro...
Pero, claro…, y el dilema consiste en eso precisamente; nadie puede dar su vida si no renuncia a ella, si no renuncia a algo de su vida…
Esta renuncia para poder dar, es una forma de morir a sí mismo... Pensemos por un momento que ese es el verdadero significado de ser un seguidor, un discípulo de Jesús… Y eso significa ser un verdadero “héroe”, como lo fue Él…
                Oración
Hoy, Señor, quiero renovar mi amor por ti.
Quiero decirte que sigues siendo importante en mi vida, que te necesito...
Quiero decirte que sin ti estaría perdid@ y desorientad@ porque tú eres luz para mis ojos y calor para mi alma.
Sé, Señor, que tenerte en el centro de mi vida no es fácil,
que las dificultades afloraran sin yo buscarlas.
Algunas veces serán los que me rodean, los que me invitarán a dejarte;
Y otras será mi orgullo, mi «yo».
A pesar de todo..., quiero lanzarme en el vacío, quiero seguir apostando por ti.
Porque sé que quien apuesta, arriesga, y entrega tiene una recompensa muyo mayor.
Porque sé que al seguirte hacemos un ejercicio de confianza total
y yo, Señor, estoy dispuest@ a realizarlo, porque tú nunca me vas a defraudar.
Te pido Señor, que así sea…
Esta semana compartimos esta preciosa canción titulada “Héroe”, interpretada por Maríah Carey. Con un mensaje precioso; y es que el verdadero héroe es el que arriesga y pierde su vida por amor a los demás...
Y no cabe duda que el mejor ejemplo lo encontramos en Él… en Jesús
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Evangelio según San Juan 3,14-21







"Dios mandó su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él"

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: "Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios."
Palabra de Dios
Reflexión:
El Evangelio de este domingo nos presenta la parte final de un diálogo, muy, muy profundo, entre Jesús y Nicodemo. La Biblia nos dice que Nicodemo era un hombre muy importante; líder de un grupo de hombres que estudiaban la ley, en el Sanedrín, lugar en la toma de decisiones.
Nicodemo probablemente había visto las señales o los milagros que Jesús había hecho o, probablemente, había escuchado hablar de ellos. Por causa de estas señales, Nicodemo sabía que Jesús era alguien sumamente especial, y seguro se planteaba que nadie podía hacer las cosas que Él hacía, si Dios, no estaba en Él.
En este diálogo es patente la dificultad de Nicodemo para entender las palabras espirituales de Jesús; su interpretación es humana. Y quizás, su intervención pudo haber sido la típica de un intelectual acostumbrado a discutir y defender la unidad del ser humano.
Y Jesús, ante Nicodemo, se manifiesta como un verdadero Maestro que habla con seguridad y autoridad. Dialoga, pero desde el que sabe que posee toda la verdad y la manifiesta poniéndose al nivel de su oyente. Jesús enseña UNA NUEVA VERDAD que puede ser aceptada por los hombres de buena voluntad, tengan el nivel que tengan. Jesús sabe que, con Nicodemo, puede hablar en profundidad y su intención es la de transmitir que; Él viene a traer, mucho más, que una enseñanza moral.
En el centro de la catequesis, de Jesús a Nicodemo, podemos entresacar varias enseñanzas. Una de ellas es que para poder entrar en el Reino de Dios, se requiere un comienzo completamente nuevo: En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios… El que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios” (3,3.5). 
Jesús intenta dejar claro que no está en nosotros; el proporcionarnos y darnos “la vida”, porque la vida siempre nos es dada... Por eso, para el nuevo comienzo, se requiere el bautismo del poder creador y transformador de Dios…
Y según palabras de Jesús: "Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna…") Al hablar de la serpiente elevada en el desierto; Es La Cruz la que se apunta a esa comparación de Jesús. Pero…, en ese momento no se palpa ese exceso de amor de Dios por los hombres, con lo cual, este mensaje de esperanza se escapa al total entendimiento de Nicodemo… Pero, la pregunta de Nicodemo, no es menos sugerente e interesante… “¿Cómo puede ser eso?” (3,9). Es decir, ¿qué tenemos que hacer para recibir este don?
Y aquí Jesús aborda y entre abre una cierta “polémica”..., puesto que el decidir entre: ¿la luz o la tiniebla?, es decir; ¿entre el bien o el mal? …siempre, siempre y, en última instancia, dependerá de nosotros. Puesto que Dios nos da la total libertad para hacer esa elección… "El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas…")
Pero, si nos detenemos en esta respuesta de Jesús, observamos que tiene una doble dirección, una dirección que necesita una de la otra:
(1) En primer lugar es una obra de Misericordia, la que Dios hace por nosotros; Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él…”)
(2) En segundo lugar, en nosotros está el acoger esa obra de Misericordia que Dios nos regala, y acogernos a esa salvación. Porque por parte del hombre lo que se requiere es el “creer en el Hijo de Dios”. “…para que todo el que cree en él tenga vida eterna…”)
Este pasaje está tejido de una forma maravillosa, porque en ella vemos lo que Dios “hace” por nosotros para darnos plenitud, esperanza, alegría y lo que nosotros debemos de “hacer”, a su vez, para que ésto sea una realidad en nosotros.
(1) El don de la vida en el Hijo Exaltado (3,15-18) (un nuevo nacimiento)
(2) La respuesta humana: ir a la luz o encerrarse en las tinieblas (3,19-21).
Al conocerlo a Él, conocemos quienes somos…
Y es que nosotros, la humanidad, nos consideramos normalmente, como; justos, rectos, educados, sensatos…, en definitiva “buena gente”… Hasta que nos convencemos por la clara evidencia de ciertos acontecimientos que ocurren, en cuanto a; injusticias, crímenes, abusos, mentiras…) hechos increíbles e inimaginables que se pueden llegar a cometer. Tal vez, una buena educación o el seguimiento de una religión pueden ayudarnos a mejorar la condición moral que tenemos. Pero, aún así, nada es suficiente y nos cuesta admitir que la maldad está presente en nosotros, es decir; no reconocemos el pecado, como tal...
Es sólo por el conocimiento de Dios, y sobretodo en la figura de Jesús, que nos damos cuenta de que Dios es Santo y que nosotros estamos muy, muy lejos de ser buenas personas… Dios es bueno y a nosotros nos cuesta llegar... Dios es sabio y nosotros no... Dios es fuerte y nosotros débiles. Como resultado de conocer a Dios, nuestro orgullo es humillado y nuestra hipocresía descubierta… aflora todo a la luz.
Por ello, contemplemos la infinita perfección de Dios y, lejos de sentirnos mal… todo lo contrario, agradezcamos, y reconozcamos ante Él nuestra imperfección, para así dejarnos enseñar por Él…
Súplica
Te pedimos, Señor, tener un deseo ardiente en querer conocerte más y más...
Te pedimos también, cada día, tu bendición y sentir que día a día renacemos, gracias a Ti, y así poder sentir que tu reino es posible aquí y ahora…
Te pedimos que podamos transmitir con credibilidad a los demás que es; tan o más valioso el nacimiento    espiritual que físico…
Te pedimos igualmente, que para poder defendernos y librarnos de las malas influencias, nos des tener el conocimiento de la verdad que nos rodea; ayúdanos a saber orar en el espíritu, para poder luchar en la gran batalla del bien contra el mal, de la luz contra las tinieblas, de la espiritualidad contra el materialismo.
Danos tu luz Señor, para que sepamos discernir con claridad TU Voluntad…
Esta semana compartiremos esta preciosa canción, de la banda sonora de la película infantil “Enredados”, la cual, lleva por título: “Veo en ti la Luz”
“Veo en ti la Luz”… porque todos en algún momento hemos tenido que atravesar por la oscuridad, y por la tiniebla para llegar hasta LA LUZ… 
Será precisamente por eso que la apreciamos y la valoramos, mucho más, cuando la encontramos…
Y es que en “ELLA”, en “LA LUZ” es donde queremos y debemos de estar… 
Y así poder decirle a Jesús:  Gracias Jesús porque te encontré, y ahora: “Veo en ti la Luz”
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Lectura del libro del Éxodo (20,1-17):
En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No tendrás otros dioses frente a mí. No te harás ídolos, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua debajo de la tierra. No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso: castigo el pecado de los padres en los hijos, nietos y biznietos, cuando me aborrecen.






Pero actúo con piedad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos.
No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso.
Fíjate en el sábado para santificarlo.
Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que viva en tus ciudades.
Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra y el mar y lo que hay en ellos.
Y el séptimo día descansó: por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.
Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar.
No matarás.  No cometerás adulterio.  No robarás.  No darás testimonio falso contra tu prójimo.  No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él.»









Palabra de Dios
Reflexión
Para la interpretación de esta lectura del libro del Éxodo nos ayudará, antes que nada, a considerar el contexto en el que se sitúan los hechos aquí narrados, entre ellos: La manifestación de Yahvé en el monte Sinaí, La promulgación del Decálogo, y el posterior pacto que selló una verdadera alianza entre Dios y su pueblo. Un hecho que establecerá el enlace definitivo entre la humanidad y Yahvé. Y un Moisés que se convierte en un auténtico mediador y legislador de esa alianza. Como dato curioso, que demuestra la importancia de lo que allí pasó; lo apreciamos en que el pueblo de Israel quedó en el Sinaí un año y once meses (Ex 19,1-2 y Núm. 10,11-12). Es decir, no fue una simple parada de unos días, sino un verdadero curso de formación religiosa, en la soledad del desierto a solas con Dios. Y se distinguen 4 momentos:
1) Actos preparatorios (Ex. 19)






2) Promulgación del Decálogo (Ex. 20)
3) Establecimiento de la alianza (Ex. 24)
4) Las leyes de culto (Ex Cap. 25-31 y 35-40)

 Justamente, las «Diez Palabras», se encuentran en el corazón mismo de la revelación de la alianza. Situado entre el anuncio de la alianza (c.19) y su celebración (c.24). El decálogo se nos presenta como la ley de la alianza. Además, antes de enumerar los mandamientos, el Señor, se presenta así: «Yo, el Señor, soy tu Dios»: Muy importante este hecho, por su significado religioso, y es que Dios revela SU nombre, porque en la mentalidad hebrea una persona sin nombre, no tenía valor. El nombre en la Biblia es sumamente importante: determina la personalidad y la naturaleza misma de una persona. Se trata de la formula típica de la alianza (de un contrato) que expresa la vinculación mutua, la pertenencia recíproca, y algo irrevocable, entre Dios y su pueblo, en virtud de un pacto que se establece («Seréis mi pueblo-seré vuestro Dios»: 6,7). Por otro lado, no olvidemos que; El cumplimiento de los mandamientos es el modo en como el pueblo «guarda la alianza» (19,5),
¿Cómo es posible que el “Dios celoso” del Antiguo Testamento sea el mismo Padre celestial de amor del Nuevo Testamento?
En el Antiguo Testamento se transmite, muchas veces, esos celos de Dios, por ejemplo:






… yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen (Éxodo 20:5)

Aún así se debe de insistir en que las descripciones bíblicas del celo de Dios, y para asimilar y entender este sentimiento tan contradictorio, se deben leer teniendo en cuenta que la Biblia afirma sobretodo que Dios es santo, justo y todo amor (Deuteronomio 32:4; Salmo 36:7; 89:14; 145:17; Lucas 13:34; Juan 3:16; 1 Juan 4:16; Apocalipsis 15:3; 19:11). Dios es la fuente de toda bondad y justicia. Cuando se comprende debidamente, su celo no es incoherente con su amor y santidad; antes bien LO REQUIERE.
Cuando reaccionamos equivocadamente contra la descripción que hace la Biblia de Dios como un Dios celoso, olvidamos que, a veces; ese celo es correcto, apropiado y necesario…
Puesto que a diferencia de nosotros, Dios siente un amor BELLO Y PERFECTO. Él es un Padre celestial (Mateo 6:32; Lucas 11:13), un buen Pastor que protege y alimenta a sus ovejas descarriadas.
Y es que en primer lugar: Los celos de Dios, y a diferencia nuestra, no están manchados ni de egoísmo, ni de malicia, ni de envidia… tan presente en nuestros desordenes humanos. Dios no tiene celos de que “algo” o “alguien” puedan serle igual. ¡Ni mucho menos!, Dios se refiere al hecho de ser celoso, en el sentido de; si alguien da… algo que sólo le pertenece a Él. Máxime cuando somos un pueblo que le pertenece y, en consecuencia, deberíamos de estar motivados a tener la firme convicción de hacer lo que Él SOLAMENTE nos pide, y NO lo que nos piden o desean “otros”. Porque Él, no sólo, nos ha creado a su imagen y semejanza. Sino que, Él fue; “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio”. (Tito 2:14)
Por todo ello, ¡¡NUESTRO DIOS ES UN DIOS CELOSO!!, y sencillamente porque nos ama locamente. ¡TANTO! Que decidió hacerse hombre para habitar entre nosotros. ¡¡SÍ!! Nuestro Dios es así de tajante, y de radical (en el buen sentido). Y es que ÉL no es un Dios de medias tintas… Él no quiere ser un Dios, que nos podamos FABRICAR a NUESTRA MEDIDA, y al cual, cuando NO nos interesa podamos desechar, según nuestros intereses del momento.
¡Claro que es posesivo!, porque conoce de sobra; nuestra desobediencia, nuestra terquedad, y nuestra debilidad…
Por eso, Él nos recuerda y nos advierte que; no adoremos o sirvamos a alguien que no sea a Él. Porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás(Deuteronomio 6:13)
Y es que sencillamente nos advierte, de todo, como un Padre (Mateo 6:32; Lucas 11:13) que desea todo el bien de sus hijos, y porque contradictoriamente, aunque nos cueste creerlo; Él NO nos ata…, en Él encontramos; no sólo el verdadero amor, sino una libertad que jamás encontraremos en nadie… Y es que  Él  es UN TODO EN NOSOTROS o no es nada, precisamente porque no quiere que ninguno de nosotros nos desviemos de Él y vayamos detrás “de…”. ¿Qué hombre de vosotros, si tiene cien ovejas y se le pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se le Perdió, hasta que la halla? Lucas 15:1-7
Justamente, el celo tomado desde esta expresión TAN POSITIVA, como es: “el celo de Dios”, adquiere una dimensión totalmente distinta. Y evidentemente no estamos acostumbrados a ello… Con lo cual, y desde nuestra delimitada razón; no sólo es difícil de evidenciar, y de justificar ese ardor de Dios por nosotros, sino que ciertamente se escapa a nuestro total entendimiento…
Súplica
Pidamos y demos Gracias a Dios, porque una vez más; nos abre la puerta a la sensatez… Y es que sabiamente, y de una manera muy sutil nos hace ser conscientes de “todo aquello” que hacemos mal, o mucho peor; de lo que “mal creemos”, que hacemos bien. Intentando, en este caso; justificar y arrastrar su voluntad a la nuestra, argumentando y justificando nuestras propias equivocaciones… 
Te pedimos Señor, que nos ayudes a vislumbrar, con total claridad, todo aquello que va en contra de tu voluntad…
Pidamos también, por las tantas veces, además de por las muchas maneras, en que lastimamos y hacemos daño a Dios. Y con nuestra actitud, Él duda de nuestro amor, y surge la tan temida desconfianza:
Por las veces en que nos dejamos engañar y seguimos falsas doctrinas…
Por las veces en que nos dejamos seducir por enseñanzas ajenas, y nada tienen que ver, con tu palabra…
Por las veces en que nuestra actitud y nuestras obras no se corresponde con lo que vivimos en la Eucaristía
Por las veces en que preferimos vivir apegados a los placeres de este mundo, olvidándonos de ti…
Por las veces en que no somos justos con los demás, ni con nosotros mismos, con lo cual somos injustos ante TI…







Escuchemos esta preciosa canción a modo de lamento, y de súplica, de Alejandro Sanz, titulada: “Si hay Dios”.

Porque, con total seguridad, Dios entiende perfectamente nuestras emociones porque en Jesús y, a través de Él, Dios lo experimentó… ¡¡NUESTRAS EMOCIONES SON SUS EMOCIONES!!
Ojalá que todos esos: “podría…” que escuchamos, en esta canción, no queden en meros deseos, o simples intentos, ante Dios, y (lo peor) simplemente por aparentar…
Y para que, esos sentimientos, que evidencian; desesperación, impotencia, y hasta, “rabia” (reflejada en esta letra) sea sólo una muestra de nuestra propia debilidad…







“Si hay Dios”









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Lectura del Santo Evangelio según San Marcos (9,2-10):






En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: “¡Maestro, ¡qué bien se está aquí!
Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías." Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: "Éste es mi Hijo amado; escuchadlo." De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos." Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de "resucitar de entre los muertos".

Palabra de Dios
«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,12-15):








En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.







Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»

El desierto te expone, en desnudez total, ante el misterio de Dios que envuelve. Nada ni nadie podrá interferir tu encuentro, "lo verás cara a cara, y llevarás su nombre en tu frente".
(Ap 22,4).
Reflexión
El desierto…, un lugar solitario, donde nuestro propio “yo” se despoja de todo lo accesorio, es decir; de todo aquello que nos hace ser “dependientes de”...  , es justamente así,  porque  en medio de esa inmensa aridez y rodeados de tanta  desolación, es precisamente, donde nos hacemos conscientes y nos lleva a distinguir lo imprescindible,  de lo accesorio
En esa situación es donde se desnuda nuestra alma, y nos despojamos de todo..., incluso de lo que consideramos como más amado.
Ese es el contexto más idóneo, ¡¡justamente ese!!, el que nos acerca al encuentro con Dios, porque en esa simpleza y en ese vacío, es cuando estamos; PLENAMENTE DISPONIBLES, y ACCESIBLES para ÉL. Es un momento; ¡DIFÍCIL! ¡POR SUPUESTO!, pero es precisamente “AHÍPOSTRADOS y ANTE ÉL, cuando realmente nos damos cuenta de su presencia. Y advertimos ese misterio, a veces, incomprensible (desde el punto de vista humano) de "SU VOLUNTAD"
Y es que ÉL rompe…,¡COMO NADIE!, nuestros esquemas, nuestros proyectos, nuestros planes, nuestros deseos… Precisamente por eso, porque son “NUESTROS”…
Por ello, el desierto ES INDISPENSABLE, ES NECESARIO, ES PRECISO… para todos aquellos que buscamos de “casi todo”, sin pensar y sin contar con Él. Y es que en esa incansable búsqueda, que nos agota y nos deja más, más, y más vacíos… Es cuanto chocamos (en el mejor sentido de la palabra) con Él, precisamente porque es a Él a quien no paramos de buscar.
Pero..., que difícil se nos hace reconocer; nuestra PEQUEÑEZ, nuestra HAMBRE, en definitiva nuestra NECESIDAD DE DIOS
Esa MÁGICA liberación, porque ¡es mágica! Hace que nuestra desnudez delante de Él, nos ayude a comprender y a vislumbrar las cosas desde otra perspectiva, y no precisamente "la humana".
Es también, en el desierto, donde la oración toma su gran relevancia, porque ahí se condensa todo: es donde descubrimos que en el mágico acto de estar a solas con Él y “ORAR”; ¡¡somos puramente nosotros!!, solos ante Él. Es donde nada, ni nadie, nos condiciona, donde nadie nos limita a estar con Él (¡y es que no hay límites estando con Él!), es la transparencia de nuestra situación, de nuestra realidad, es donde reconocemos nuestra miseria, y debilidad ante Dios. Es descubrir que ¡solos no podemos…! que dependemos totalmente de Él. Y sucede que ya no podemos prescindir de esa intimidad junto a Él, porque lo extrañamos, lo añoramos, y anhelamos estar más, y más con Él… Porque ahí es cuando nos convencemos que si depositamos nuestra confianza en Él, esa será la base de un amor sincero y verdadero... es un amor que nos prepara y nos hace fuertes. Y eso es justamente lo que Él no nos pide; ¡¡más FE!!
Ojalá sepamos abandonarnos, al igual que hizo Jesús, al Espíritu Santo y a la voluntad de Dios, para rechazar las innumerables tentaciones, que a todos, nos vienen... ¡SI! Que Él ponga a prueba nuestro amor y nuestra fidelidad. Así nosotros tendremos la GRAN OPORTUNIDAD de demostrarle que realmente ¡LO NECESITAMOS!!
Escuchemos esta canción de "El canto del Loco", titulada “un millón de cicatrices”. En la que, su letra, habla de todas esas veces, que escondemos en un cajón; nuestro corazón roto y lleno de tantas cicatrices. Además del desconsuelo, que sentimos, a nuestro alrededor. Y sucede entonces, que perdemos, todavía más; la ilusión, el equilibrio, y como se dice ahora “el norte”… y claro surgen así “nuestras paranoias…”
Preguntas, preguntas y más preguntas es lo que nos planteamos, al igual que la letra de esta canción, cuando nos encontramos en esta situación…
Toso eso y ¡MÁS! es lo que nos sucede cuando Dios y en el momento, menos oportuno, nos frena “en seco” y, a “su manera” para decirnos claramente; 
«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
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“…Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa..."
“… ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?" Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: "¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados..." Entonces le dijo al paralítico: "Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa." Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: "Nunca hemos visto una cosa igual."
(Evangelio: San Marcos 2,1-12)

…Y es que cuando reconocemos el poder sanador de Cristo; que nos libera de todo aquello que nos roba la salud y nos enferma… es cuando tomamos conciencia de ese gran poder. Y en esa decisión voluntaria de seguirlo, es cuando damos UN GRAN SALTO PARA PONERNOS EN PIE... Y nos ocurre lo mismo que al paralítico; no podemos dejar de agradecer, no podemos dejar de proclamar, los milagros y grandezas que Él hace en nuestras vidas... Porque sencillamente es que se nos escapa, y casi sin poderlo evitar…
Puesto que, cuando decidimos y apostamos por seguir, sin reservas a Cristo, y desde esa fe encendida que brota del mismísimo corazón, sabemos que; no es un delirio, ni una ilusión pasajera, ni un sueño que se desvanece, ni tan siquiera un entusiasmo momentáneo... Es un ¡SÍ! Totalmente incondicional… que brota desde lo más profundo de nuestro ser.
Es asimismo, y como no,  un constante desafiar a nuestra propia naturaleza humana, es nada más y nada menos que ir a contracorriente… ¡SÍ! Es un ¡¡complicarnos la vida!! Pero, complicárnosla de una FORMA MARAVILLOSA...
Por ello, es un momento mágico e importante para cada uno de nosotros, y si no, pensemos por un instante en; ¿cuántas veces hemos estado postrados y de repente vemos su mirada milagrosa, sanadora, y transformadora ante nosotros… Y NOS LEVANTAMOS DANDO UN GRAN SALTO…?

Escuchemos esta canción de Lilly Goodman, titulada “Ese… tal Dios”. Porque, tal y como nos cuenta la letra; en alguna ocasión, nosotros también, hemos sido espectadores y oyentes de esa historia o rumor (tal y como dice la letra), poco creíble en ocasiones, que nos contaban “otros”, de “ese tal Dios”.  De ese Dios milagroso, de ese Dios transformador de vidas...
Ojalá que nuestra, a veces, incredulidad, pasividad, indiferencia, desconfianza… se transforme para dar paso a un TOTAL CONVENCIMIENTO de que realmente “Ese... tal Dios”   hace... ¡¡¡TODO ESO Y MUCHO MÁS…!!!
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"Señor...Si quieres, puedes limpiarme"
“Señor, mis manos están sucias de tierra, cemento... /Hoy he terminado mi obra, quiero ofrecértela, pero…”








Así comienza esta pequeña oración, de un humilde albañil, y que hoy compartimos en nuestro blog. 
Este humilde albañil había terminado de construir una iglesia sencilla en un pueblo. Hablaba tranquilamente con el Señor, y en su oración, le contaba que sus manos estaban sucias de tierra, mucha masa, mucha arena, mucho cemento…). Había trabajado durante tanto tiempo para construir aquella preciosa obra que, por ello, sus manos se encontraban en ese mal estado...








También nosotros, y al igual que nuestro protagonista, debemos de abrir nuestras manos de par en par y elevar nuestra mirada hacia El Señor… Y mientras damos gracias por el perfecto regalo de nuestras manos; con sus dedos, la curvatura, las uñas…
Reconozcamos y  pidamos al Señor que vive y actúa desde ellas el discernimiento correcto, para que nuestras obras se correspondan siempre con su voluntad: “la voluntad de Dios” y no la nuestra. Que cada pequeña obra, o labor nuestra, sea realizada por y para Dios. Seamos sus instrumentos para que a través, de nosotros, Él pueda hacer grandes cosas…
(Cuando comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios...)1Corintios (10,31–11,1)
Manos de doctores que extirpan y sanan el mal que hay en el cuerpo; manos consagradas para celebrar la Eucaristía, y que a través de ellas alimentan nuestro espíritu; manos de padres que limpian y cuidan al recién nacido con amor; manos que acarician suavemente nuestra cara dándonos ternura, consuelo. Igualmente están las manos duras y ásperas al tacto, por el trabajo duro en el campo, pero llenas de grandes sacrificio; manos rugosas de ancianos que nos regalan su experiencia y nos aconsejan con sabiduría… Pero por el contrario también, nuestras manos, pueden estar sucias, manchadas, llenas de traición, de ingratitud, de sangre… y ésto, precisamente ocurre si hemos hecho todo lo opuesto a lo que nos pide El Señor….
Pidamos a Dios reconociendo con humildad nuestra imperfección. Y al igual que hizo el leproso ante Jesús… supliquémosle de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme, Señor.»
Quedémonos unos momentos en silencio... Y desde ellas, y mediante ellas, hagamos esta plegaria a Dios, nuestro Creador.
Evangelio: San Marcos 1,40-45
"Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Quiero: queda limpio."
Escuchemos esta preciosa canción del Grupo Rojo, titulada “No me soltarás”, en la que acertadamente su letra nos cuenta que; Él nunca nos dejara…  y si Dios conmigo está, ¿De quién temeré?, ¿de quién temeré?...
Gracias, Señor porque a pesar de nuestras muchas impurezas... No somos indiferentes ante Tí, No nos evitas, No nos rehuyes, No nos ignoras...
¡¡GRACIAS SEÑOR!! porque te compadeces de nosotros. GRACIAS SEÑOR POR SUJETARNOS Y POR ¡¡¡NO SOLTARNOS NUNCA!!!
Reflexión
La montaña un lugar de Encuentro con EL PADRE
Aunque en El Evangelio no se transmite, con total claridad, el nombre del monte en el que tuvo lugar la Transfiguración de nuestro Señor; una antiquísima tradición la sitúa en el Monte Tabor. Un lugar situado a 588 metros de altura aproximadamente,  sobre el nivel del mar, en Galilea.
Asimismo y al respecto, Los Evangelistas, nos han transmitido lo siguiente:
"Los llevó a un monte alto..." (Luc.,17,1). "Los llevó al monte a orar…" (Lc.9,28).
Y como testigos excepcionales, de esta transfiguración, de Nuestro Señor: Pedro, Santiago y Juan. Además en un contexto, donde aconteció también; la misteriosa aparición de Elías y Moisés. 
Igualmente y en referencia al Evangelio, de esta semana, en el punto 2602 del Catecismo de la Iglesia Católica, enlazamos lo siguiente: Jesús se retira con frecuencia a un lugar apartado, en la soledad, en la montaña, con preferencia durante la noche, para orar (cf Mc 1, 35; 6, 46; Lc 5, 16). Lleva a los hombres en su oración, ya que también asume la humanidad en la Encarnación, y los ofrece al Padre, ofreciéndose a sí mismo. Comparte sus debilidades para librarlos de ellas (cf Hb 2, 15; 4, 15)
En este tiempo de Cuaresma, y una vez más, Jesús nos anima a que sigamos su ejemplo; en ese encuentro personal con el Padre. Y si la semana pasada nos exhortaba a dejarnos “empujar”, por la acción del espíritu Santo hasta el desierto, lugar de tentación, y de superación ante el mal espíritu. Esta vez, y para equilibrar nuestros “sobreesfuerzos”, Jesús nos invita a ir a un lugar alto, privilegiado, y preferido por Él, como es: “la montaña”. Un lugar donde reponer, y poder restablecer nuestro interior, por supuesto a través, de un encuentro más cercano y personal con Nuestro Padre.
Para ello, como no es de extrañar, y una vez más; es indispensable aislarnos, desconectarnos, y distanciarnos de “este mundo”. Un mundo que, teóricamente y desde nuestra limitada visión humana, se presenta (aparentemente) como; el único existente y real...
Y es que humanamente, si bien nos cuesta reconocerlo; somos tan “cuadriculados”, tan “herméticos”, es decir, “tan simples”… que no hay otra alternativa, para que “Él” pueda revelarnos y mostrarnos; "Su DIVINIDAD y Su GRANDEZA". Seguramente, éste fue uno de los tantos propósitos de nuestro Señor; DEFENDER y FORTALECER, a través de su TRANSFIGURACIÓN, “LA FE” de sus discípulos…
Por ello, sintámonos hoy, también nosotros ¡¡afortunados y privilegiados!!, porque Jesús nos invita a subir, con Él, a ese lugar de tanto misterio y encanto…
¡Dejémonos “empujar” y guiar por la sabia acción del Espíritu Santo!
Y al igual que Pedro, nosotros también, poder decir; con una mezcla entre alegría, sobresalto, sorpresa, y temor: ¡¡¡Señor, ¡qué bien estamos aquí!!!
, es una sensación que DESPIERTA y ESTIMULA nuestra alma. Es como sentir un ESTREMECIMIENTO… Y al encontrar tanta PLENITUD, nuestro gran temor es a que todo quede en una simple visión…, que todo quede en un aparente espejismo. Es un miedo y una profunda inseguridad, a perder de alguna manera; “eso” que no acertamos a saber explicar, y simplemente sólo acertamos a decir: 

¡¡¡“Señor, ¡qué bien estamos aquí”!!!
Es necesario reconocer y experimentar esa grandeza de Dios, a través de Jesús, para que tengamos más claro que nuestra rutina queda rota por Él; que nuestros argumentos resultan estúpidos ante ÉL, y que nuestra superficialidad queda tirada por los suelos… En el mismo instante en que Jesús se transfigura, es decir, cuando se muestra; tal cual ES” delante de nosotros
Súplica
Ojalá que, nuestra fe, se sostenga en esa naturaleza DIVINA y REAL de Jesús, para resistir las sacudidas de los días sombríos y noches oscuras, que a todos nos llegan, en cualquier momento. Invoquemos al Espíritu, con el salmo 52, para que se realice la transfiguración de nuestra mente y de nuestro espíritu. Dejemos que nuestra cara sea también el espejo de un alma transfigurada y transformada por Jesús.

“Renuévame por dentro con Espíritu firme, no me quites tu santo espíritu, afiánzame con espíritu generoso”
Escuchemos esta canción, muy actual, del grupo: Estopa, titulada “Me quedaré”… Y así dice su letra… 
… Cuando nos conocemos empezamos a pensar en lo qué está pasando
Y miramos más lejos, miramos donde nunca habíamos mirado.
y se nos pasa la vida buscando aquella eterna mirada…
Ojalá NO nos conformemos con decir un simple: “Me quedaré…”
Ojalá busquemos esa eterna mirada…, pero que sea: en Jesús…
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PLAN PASTORAL PARROQUIAL SAN MATÍAS (2011-2015)

"LA LABOR DE LA IGLESIA SE PUEDE PESAR, MEDIR Y CONTAR"

El próximo fin de semana, 17 y 18 de noviembre, celebraremos el Día de la Iglesia Diocesana. Víctor Oliva, sacerdote y responsable -por la delegación del Obispo Nivariense- de los asuntos económicos, aborda en nueve minutos La labor de la Iglesia, la campaña "Xtantos", etc... son algunos de los asuntos abordados...

Nueva Web Pastoral Penitenciaria en Tenerife

El desafío de la evangelización

"España atraviesa una profunda crisis que, en el fondo, sólo podrá superarse con un cambio radical de comportamientos y actitudes, con una conversión a Dios..." Así lo expuso el cardenal Rouco, arzobispo de Madrid... accede a la portada de esta quincena de la revista Alfa y Omega)

Católicos en la Vida Pública

Raúl Mayoral y Oscar Vara (Asociación Católica de Propagandistas). Con testimonios de Cristianos comprometidos en las distintas facetas de la vida pública. El tema está centrado en: "La dignidad" y su actual *tergiversación...

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Homilía del Obispo en La Misa Crismal, celebrada en La Parroquia de La Concepción. Pidamos por Nuestros Sacerdotes, por esa Renovación de Fidelidad y Amor a Cristo...

EJERCICIOS ESPIRITUALES (SAN IGNACIO DE LOYOLA) POR INTERNET.

plan diocesano de pastoral

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"Lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos" (1 Jn 1, 3

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